miércoles, noviembre 30, 2005

Forbidden Planet

Si hoy me refiero a Forbidden Planet no es para escribir sobre el adorable “Robbie el Robot”, ni sobre Leslie Nielsen, aunque son grandes opciones, sino para dedicarles unas líneas al matrimonio de Louis y Bebe Barron.
Bebe era pianista e investigadora de la revista Life, y Louis había estudiado música en la universidad de Chicago y posteriormente había pasado varios años en la jungla mejicana intentando componer. Pero, ¿quién le habría dicho a esta feliz pareja que un regalo el día de su boda iba a ser crucial en sus vidas? Debió ser un buen amigo quien les regaló un magnetófono con el que empezaron sus jueguecitos y su interés por la electrónica.
Sus primeras aventuras fueron varios albumes que editaron con sello propio: “Sound Portraits”, de escritores como Anaïs Nin, Henry Miller, Aldous Huxley y Tennesse Williams a los que grababan leyendo fragmentos de sus obras o improvisando.
No fue hasta que no se mudaron de California al Greenwich Village neoyorquino que no empezó su actividad musical, a partir de sus colaboraciones con John Cage. En esa época conocieron a muchas personalidades artísticas del momento como Jackson Pollock, Stockhausen, Varèse, Boulez, etc.
Pero su gran creación surgió a raíz de una fiesta en la que se presentaron al presidente de MGM, Dore Schary, al que estaban deseando conocer. En la conversación él se interesó por sus experimentos sonoros y poco después ya firmaron contrato con la Metro para la que fue la primera banda sonora electrónica: Forbidden Planet. Actualmente está muy superado el concepto de banda sonora para peli de ciencia ficción con sintetizadores, efectos de ecos, biiips y clicks varios, pero en 1956 los Barron fueron pioneros, Forbidden Planet fue toda una revelación musical que acabó nominada al Oscar.
Como banda sonora electrónica, por eso, Forbidden Planet es anterior a sintetizadores y samplers. Para entender como trabajaba Louis tenemos que referirnos a sus influencias, sobre todo en cuanto a ciencia cibernética y concretando al libro del matemático Norbert Wiener de 1948: “Cybernetics: Or, Control and Communication in the Animal and the Machine”. Esta obra propone que algunas leyes naturales de comportamiento son aplicables a los animales y a la maquinaria moderna más compleja.
A partir de esta teoría Louis construyó circuitos electrónicos que funcionaban de forma análoga al sistema nervioso humano y que manipulaba para generar sonidos que emulaban estados anímicos tales como serenidad, ira, amor, etc.
Sólo así se puede explicar la magia y complejidad de la electrónica primitiva de esta Tempestad shakesperiana ornada de sonidos de pisadas de monstruos misteriosos, efectos de burbujas, ruidistas deceleraciones de la nave y demás parafernalia sonora.
Como muestra un par de botones. Listen to:
Una última cosa: he leído que en los 60, que estaban tan de moda los discos esotéricos, Louis y Bebe musicaron un album para la bruja Louise Huebner titulado “Seduction through Witchcraft”. Habrá que buscarlo.

martes, noviembre 29, 2005

Archange


Apoyé las manos, trémulas, sobre el rostro marmóreo. Después se deslizaron por toda su estatura, persistiendo en cada curva, en cada recoveco esponjoso que el artista había tallado en piedra. Lamí el polvillo brillante de mármol que empañaba los ojos entornados y creaba constelaciones, dibujos de arabescos en el aire circundante.
Pero el párpado se abrió. La pestaña acariciaba el pómulo con un rictus perverso y el lunar se dibujo preciso cerca del ojo. El color en el iris correteaba por mi sangre acelerándose en sacudidas.
Yo le invoco.
Los labios granados tararearon extrañas melodías, musitaron plegarias en mares de deseos. Oscuras retahílas exóticas, rezos a dioses paganos y cantos de fertilidad en lenguas de simas profundas que se sucedían en ardientes dulzuras en la párvula boca de colegial.
Se hizo carne entre mis manos. La piel se desfloraba en aromas de flor de sándalo, de espumas rizosas bañadas de loto, narcóticas adormideras que me trepaban por las mejillas como arañas de cristal.
Se arrodilló. Hundí la cabeza en su cabellera y los himnos de las esferas celestes se pusieron en marcha, desprendiéndose de sus cabellos en cascadas de notas, en risas de plata y cascabel. Mis manos se congelaban en perlas de nieve en su frente y los rosales de sus misterios se hundían en mis entrañas, diluyéndose en mi interior como el rayo de Marte.
Retrocedí para admirar la gran obra. “Vive”, me dije, “es más bello que la vida”. Y vi al artista observándome desde la entrada, horrorizado de mis palabras. Sabiéndose muerto, como tantos otros a los que él arrancara el corazón.

Gracias al caballero Wilde y a mi amado ángel por la inspiración

lunes, noviembre 28, 2005

Ghost Busters

Después de encontrarme con este aparato japonés para localizar entes y presencias fantasmales, me dispongo a dedicarme a ello en mis ratos libres. Sin descartar el poder consagrarme a esta tarea en un futuro próximo si resulta rentable.
Así que me abrocho el mono de trabajo, como ya lo hiciera nuestros amigos Bill Murray y Dan Aykroyd en Ghost Busters y me siento a esperar la llamada de emergencia de alguna anciana a la que se le presenten espectros vestidos con sábanas blancas y cadenas. Que trabajo más placentero.
Para el recuerdo: mi secuencia favorita, el muñeco gigante de los Marshmallows a punto de destruir Nueva York. La idea de un genio hecha terror.

viernes, noviembre 25, 2005

Celeb Match

En esta web: Celeb Match se puede averiguar con qué celebridad es uno más compatible a partir de la fecha de nacimiento. Es una cosa realmente muy absurda, pero como tal me divierte mucho. Encontré la web ayer curioseando y saltando de una página a otra y enseguida me dispuse a probar suerte en este tipo de emparejamientos. Los resultados, no tardo en decirlos.
Empiezo por las damas. Fue toda una sorpresa, no lo esperaba para nada, pero al insertar mis datos, que me encontré. Con un 100 % de compatibilidad, mi pareja ideal sería ¡nooooooo, Dios! Gwyneth Paltrow. (Gran decepción) Y es que no me dice nada esta chica, pero bueno, hay una película que sale que me encanta, The Royal Tenenbaums, donde sale un poco mona incluso.

Después de este fiasco, decidí probar con los caballeros, y aquí mi sorpresa fue deliciosamente agradable, porque, ni hecho a propósito, entre esos cinco desconocidos se encontraba ¡oohhh! Cillian Murphy. Y es que Cillian me gusta mucho, mucho. En 28 días después, de adorable espantapájaros/doctor Crane en Batman Begins, y de torturador refinado y cínico en Red Eye (Vuelo Nocturno) de Wes Craven (bonita historia de amor).
Un poco más contenta, vi que hay otra opción en la página para buscar la compatibilidad con la celebridad que más te interese. (Risas) aquí sí me explayé. Estos son los resultados:

Drew Barrymore. Aunque físicamente sale un 91 %, intelectualmente sólo un 14. Bueno, pareja fallida. Descompensado.A partir de aquí muchos chistes privados xD

Francis Ford Coppola. Que va, no coincidimos en nada, este sí es un fracaso. Como mucho emocionalmente un 62 %. Muy mal. Coppola y yo no tenemos futuro.
Richard Gere. Muy irregular, pero es lógico. Fíjense. Físicamente un 6 %, pero claro, siendo budista conmigo… normal que no cuaje. En cambio, emocionalmente un 99 %. Lo mío con Richard sería muy idealizado. Nada, sigo buscando.George Peppard. Aunque ya no esté con nosotros, pero me hacía ilusión ponerlo. Acabo de descubrir que intelectualmente coincidimos un 98 %. Ya me imagino desarrollando excitantes estrategias a su lado para salir airosos de encerronas y garajes sitiados. Conclusión: sin saberlo debo tener gran pericia táctica. Me encanta que los planes salgan bien. Siguiente:
David Carradine. Bastante flojo también. Que pena. Sólo emocionalmente conectamos muchísimo, casi el 100%. Nada, sigo caminando:Quentin Tarantino. Que Sofia Coppola no se enfade conmigo, pero con Quentin tengo un 100% de conexión física y 99% emocional, así que entre estos, Quentin is my man.

Sigo con esto, aunque no pongo más aquí que al final aburre. Prueben suerte y ya me contarán. Eso sí, no hagan trampas.

jueves, noviembre 24, 2005

L'inquiétude


De los pomos del cabezal dorado a la fotografía enganchada en el espejo. Minutos de fiebre y estruendo. El ansia se atropella vibrando hinchada bajo el paladar, cosquilleando las paredes bucales. Me aplico con la pulcritud de un colegial en acariciar las formas de los frascos, escribiendo sobre su superficie en un arrebato carnívoro. Observo detenidamente cada pequeña existencia que me rodea, me inmiscuyo, y los objetos se abren para mí y me dejan entrar. Sus líneas se rompen y se curvan y doy el paso de aventurarme con cuidado. Dentro.
Dejo una parte de mí sobre la repisa, en el mármol de vetas plateadas, al lado, rozo los mechones de un simio disecado, sus ojos extraviados tiritan en mieles pétreas. He dejado un trozo de mi cuerpo. Se puede escoger. Olvidado. Mis labios han dejado huellas de vaho por doquier, en las superficies reflectantes, carnaciones de besos, lentos gestos en duermevela, bostezos que se alargan en túneles de gemidos.
Presencias de láudano que atraviesan la piel, que hieren y muerden y necesitan estirarse, incubando pensamientos, hirviendo en la habitación cóncava que se proyecta en la cuchara.
De los hilos que cuelgan raídos de la manta a las alas broncíneas que se apretujan contra la piel de tigre, se yergue y se encabrita, se tensa como una flecha en el costado y después se lanza a la carrera enjaulada.
El ansia.

miércoles, noviembre 23, 2005

Suicide

¿De donde sale este caos punk arropado con electrónica de otra galaxia y los alaridos de un Elvis venido del infierno?

La historia de amor de estos dos monstruos de la música (Alan Vega/Martin Rev) surge en el local neoyorquino “The Project of Living Artists”, un peculiar antro abierto día y noche donde se reunían yonquis, saltimbanquis, artistas y fauna diversa en el que cualquiera podía desarrollar sus inquietudes artísticas. Por aquel entonces Vega se hacía llamar Alan Photo y exponía allí sus montajes escultóricos hechos a base de crucifijos realizados con material de desecho, fluorescentes, televisores, electrodomésticos que se averiaban y neones parpadeantes. Cuando Martin Rev comenzó a frecuentar la sala de forma asidua y dio muestras de su carácter reservado y poco locuaz, Alan se interesó por él enseguida. Rev tocaba en una orquesta de free jazz bastante atípica que se llamaba Reverend B. Y ahí empezó todo, el germen de lo que después sería el estridente tenebrismo de esas pequeñas joyas musicales que rozan la locura enjugada en lágrimas.
El primer concierto que dieron como Suicide (anteriormente habían tocado como trío) fue en 1971, en el Ungano’s, delante de unas 20 personas que, por lo que he leído (gracias a “La Madrugada Eterna” de Paco Peiro, estupendo libro sobre el ambient), entraron en un estado de histerismo al oír a la banda. No es de extrañar si imaginamos los aullidos románticos de Vega acompañados de un teclado japonés con una caja de ritmos de los años 50 y diez cajas de efectos. Vega cantando y balbuceando, invocando a su gran ídolo –fetiche- Elvis, mientras Rev hacía series de notas que se reflejaban en innumerables ecos.
Y en 1972 la experiencia en directo fue aún más extrema, en el Mercer Arts Center. El público quería literalmente agredir al grupo. Frente al glam y efectismo de los New York Dolls que tocaban al mismo tiempo en el edificio, Suicide vestían de un negro sobrio. Su puesta en escena era expresionista, con un Vega desarrollando al máximo sus maneras teatrales, flagelándose con una cadena de bicicleta y haciéndose cortes en la cara, siguiendo como podía a su compañero que se había ensimismado en una sola nota que repetía una y otra vez.
No fue hasta 1977 que no sacaron su primer disco. Hasta entonces malvivían en la calle alimentándose de sobras de restaurantes. Pero 1977 es un prodigio, una maravilla de otro planeta, y la crítica así lo valoró pese a la producción pobrísima del álbum y extremadamente rara: se grabó en cuatro horas, en mono y se forzó al estéreo, etc. Los gritos fantasmales de Vega se enfrentan rabiosos con las teclas de Martin en cascadas de ecos y ruiditos.
Y de 1980, del segundo album: “Alan Vega-Martin Rev”, son las dos canciones que os dejo aquí. El primer hit del disco sobre diamantes y champagne, y una misa hipnótica incluída en esta obra maestra del delirio, esta vez con una producción mucho más cuidada y armónica, con toques exóticos y de electrónica de videojuego.
“Dream, baby dream” y a soñar…

Para escuchar:
Diamonds, Fur Coat, Champagne
Dream Baby Dream

*Imágenes de Urban Image TV

martes, noviembre 22, 2005

Abandoned Asylums


Mis vagabundeos por las ruinas me llevan hoy a recomendar este libro: Abandoned Asylums of New England, a photographic journey, un paseo fotográfico por Instituciones para enfermos mentales, realizado por dos habitantes de Nueva Inglaterra, John Gray y Mark Gerrity, que recogen sus impresiones sobre nueve edificios abandonados en Massachusetts y Connecticut.
Palacios en decadencia que parecen haber sido abandonados a toda prisa, con rumores aún vistiendo las paredes de conversaciones, el calor de los cuerpos en la ropa de la cama y restos de instintos en cristales rotos. Caminemos despacio por los largos corredores, acariciando los jirones de cortina con cariño, palpando el encanto desolado de muebles astillados y oxidaciones en los barrotes del lecho. Hay un rincón para cada uno donde sentarse y deleitarse con la pequeña vida que repta por las losas y enredarse en la hiedra que serpentea por trastos desvencijados.
Los símbolos nos rodean cosificados en objetos comunes: un jarrón con agua verdeada, un piano comido por la humedad… cepillos, jabones, perchas y frascos de colonia de una belleza que desfallece en evocaciones de reposo y pesadilla.
Adentrémonos, pasemos por encima de la puerta verde, está en el suelo sin poder levantarse, arrancada de los goznes. Apoyemos el pie tembloroso en el tablero negro y blanco dispuestos a respirar y sentir sobre la piel la patina de soplos y los dedos de pensamientos acuosos.
Venid.



domingo, noviembre 20, 2005

Carrousel

Suban, suban y dense una vuelta. La entrada es gratuita. Y no sólo eso, coman y beban cuanto quieran mientras suben y bajan en los caballos de cartón. Hay nubes de algodón de azúcar perfumadas de mandarina, manzanas de caramelo, helado de vainilla con dinosaurios de chocolate y montañas de palomitas de colores.
Acabo de encender las luces, la atracción comienza a girar y se oyen risas entre los destellos de bombillas.
Pasen y diviértanse.




* Fotos: Aura

Y si se quedan con ganas de más aquí hay un enlace de parques de atracciones japoneses. Una delicia de norias y montañas rusas en ruinas.

Mientras suena: The Tornados. Pop-Art goes Mozart Extraído de:

viernes, noviembre 18, 2005

Vegas Retro


Hoy daremos un paseo por Las Vegas Retro, una web con fotografías de R. Scott Hooper dedicada a la ciudad de los casinos, con interesantes galerías de fotos temáticas de décadas gloriosas como los 60 o los 70.
Además de las imágenes habituales de strippers, cheesecakes, showgirls y pin ups, hay una sección dedicada a las carreras 400 mint que se hacían en el desierto, y otra maravillosa con fotografías de los espectáculos en las que aparecen músicos de renombre, cómicos y magos, entre otros shows.
He hecho una pequeña selección, aunque lo mejor es visitar la página envueltos en luces de neón y bambalinas.
Tracy Summers
Brandy Ray

Shirley Jones

400 Mint :Dona Speir

Más chicas de 400 Mint

Los magos Siegfried & Roy con su tigre blanco
Lo mejor para el final: Lance Burton, Romantic Magic

jueves, noviembre 17, 2005

La rosa de Sarón



Largos cabellos se enredaban en la superficie del agua, en mi cuello, se ataban a mis muñecas. Los contornos fluctuaban, se desdoblaban en flujos de mareas amatorias. Las manecillas allí sepultadas se ondulaban del revés, derritiéndose. Se hacían tan evidentes sus bordes dentados que me dolía el objeto incluso cerrando los ojos. Se incrustaba en mi frente dejando la marca de la eucaristía.
Algo se perdía. Se pierde todo aquello que no se entrega. No el tiempo, que puede manejarse en ocasiones, sino los rodeos. El hecho de pasar varias veces por el mismo sitio, sabiendo que de nuevo el extravío te acerca al mismo lugar agreste. Y las manos misericordiosas no portan el agua de salmos que apuñalan y curan, no. El agua de salmos en el hueco de sus manos para callar la sed. Son rosas. Rosas que se atropellan en mi boca, dulces se atascan en mi garganta, surgen de la nada y se derraman en cascada de mis labios. Rojo y espinas y más marcas y el ahogo de las flores asfixiante.
Volvería allí dos veces más, donde las oscuras aguas y las madejas de cabellos serpenteando entre algas. Los cómplices no entendían el porqué del silencio ante las agujas. Era hermética. Ni preguntaban. Me escapaba en tentáculos de posibles preguntas, de cualquier contacto viscoso. Sólo su mano que levanta a los tullidos. Puedo ver, a través del agua verdeada la llama del sagrado corazón sepultándome en cada tirón que me inflige. En el reloj que marca el tiempo, el dolor que nos quedaba, que adivinaba las buenas nuevas, que se perdía en la efigie de mármol.
Pude caminar sobre las aguas opacas, ahítas de enfermedades, pero el monstruo rugió, y su lomo derramó espuma blanca. Aléjate, pensaba, todavía eres inmune a esos venenos, está la piel de floraciones de metal desplegándose sobre los poros abiertos, extendiéndose en líquenes y oxidaciones.
Pero el agua sigue atrayéndome en sueños en blanco y negro, austeros, en antiguas aulas anegadas, violadas en líneas perpendiculares de gruesa cadena. Tengo sed eterna, y quiero beber. Más. Y sentir aquello que me compone y me vence.

¡Si lo terreno acaba, en suma,
cielo e infierno,
y nuestras vidas son la espuma
de un mar eterno!

Lavemos bien de nuestra veste
la amarga prosa;
soñemos en una celeste,
mística rosa.

Cojamos la flor del instante;
¡la melodía
de la mágica alondra cante
la miel del día!

Amor a su fiesta convida
y nos corona.
Todos tenemos en la vida
nuestra Verona.

Aun en la hora crepuscular
canta una voz:
"¡Ruth, risueña, viene a espigar
para Booz!"

Mas coged la flor del instante,
cuando en Oriente
nace el alba para el fragante
adolescente.

¡Oh! Niño que con Eros juegas,
niños lozanos,
danzad como las ninfas griegas
y los silvanos.

El viejo tiempo todo roe
y va de prisa;
sabed vencerle, Cintia, Cloe
y Cidalisa.

Trocad por rosas, azahares,
que suena el són
de aquel Cantar de los Cantares
de Salomón.

Rubén Darío – Poema de Otoño (fragmento)

miércoles, noviembre 16, 2005

Flores del mal. Joris-Karl Huysmans

Como invitado de honor para hablarnos de las bellas extrañezas florales he convocado a Joris-Karl_Huysmans, un querido escritor muy predilecto y amigo de la casa. En concreto quería citar algunos pasajes de “À rebours”, Biblia del decadentismo, modelo de una sensibilidad que se hace estandarte de un refinamiento estético llevado a extremos enfermizos.
En el capítulo VIII, que es el que cito a continuación, Huysmans nos presenta una galería de monstruos en cuerpos de flores exóticas y plantas carnívoras. El protagonista de la novela, Des Esseintes, que encarna la figura del dandy más delirante, se hace traer de varias jardinerías los artificios vegetales más extraños para decorar sus salas, y lo que en un principio era puro deleite sensorial se transforma en un desvarío del personaje sobre lo que representan esas flores, una fantasía onírica sobre la Mujer-Flor y la Gran Sífilis, visión aterradora que pretende devorarle en sueños.


He seleccionado algunas descripciones del capítulo, aunque ha sido ardua tarea, porque el episodio entero es soberbio, pero baste como muestra de su prosa:

"Buscaba flores naturales capaces de reproducir la imagen de las flores artificiales y falsas.
Las había verdaderamente extraordinarias; algunas de un tono rosado, como la Virginal, que parecía recortada en linóleo o en vendas recubiertas de esparadrapo; otras completamente blancas, como la Albana, que parecía formada con la pleura transparente de un buey o con la vejiga diáfana de un cerdo; otras, especialmente la Madame Mame, imitaban las formas del zinc, parodiaban trozos de metal troquelado, teñidos de color verde emperador, ensuciados con gotas de pintura al óleo y con manchas de minio y de cerusa; algunas, como el Bósforo, producían la ilusión de un percal almidonado, moteado de carmesí y de verde mirto; otras, como la Aurora Boreal, presentaban unas hojas del color de la carne cruda, con veras color de púrpura y fibras violáceas; hojas tumefactas que rezumaban una especie de vino azul y de sangre.
Los jardineros fueron trayendo nuevos ejemplares de otras variedades, que presentaban ahora una apariencia de piel artificial surcada por falsas venas. La mayoría, como si estuvieran carcomidas por la sífilis y la lepra, mostraban una carne lívida, amoratada por la roséola, o adamascada por los herpes; otras tenían ese tono fuertemente rosado de las cicatrices cuando empiezan a cerrarse, o ese matiz oscuro de las costras en formación; algunas aparecían como descompuestas por cautiverios o hinchadas por quemaduras; también las había que presentaban una piel vellosa, roída por úlceras y con brotes de chancros; otras, por último, parecían cubiertas de algodones, untadas de manteca negra mercurial, o de ungüentos verdes de belladona, y embadurnadas con el polvo amarillento que deja el yodo.
Los “Echinops” cuyas flores de un rosa muñón repugnante parecían salir de unas compresas de guata; los “Nidulariums” que presentaban en una superficie lisa como la de una hoja de sable unas fosas desolladas y abiertas; los “Tillandsia Lindeni” que mostraban unas cuchilladas melladas, color mosto de vino; los “Cypripediums”, de formas complicadas, incoherentes, imaginadas por un inventor enloquecido. Se parecían a un zueco, a un canastillo, del que sobresaliera una lengua humana, en extrema tensión, como las que aparecen dibujadas en las láminas de las obras que tratan de las enfermedades de la garganta y de la boca; dos pequeñas aletas, de un color azufaifa, que parecían sacadas de un juguete infantil, completaban esta barroca combinación formada por la parte inferior de la lengua, color de heces de vino y de pizarra, y por una bolsita brillante cuyo forro rezumaba una goma viscosa"
.

Revenge, por Ellen Von Unwerth


Con el formato de un diario de adolescencia, -portadas negras y suaves y el interior de papel satinado-, Revenge se abre como una foto novela en blanco y negro sobre las jornadas eróticas de unas señoritas reducidas y esclavizadas por “the Baroness”, la atractiva tía de tan virginales muchachas, una dama de extravagantes y lujosos gustos que no vacila en acogerlas en su casa y atarlas como perritos para satisfacer sus malvados juegos.
Como un relato de Sade con lencería vintage y las provocaciones de Andrew Blake, Revenge es una secuencia de imágenes contrastadas en un blanco y negro saturado, lujurioso. Las pieles aparecen impolutas, azotadas por los tonos oscuros de eyeliner, carmín y cuero que se cruzan frente a labios entreabiertos y ojos rasgados.
Las fotografías de Ellen Von Unwerth se desnudan revolcándose en los jardines, en dormitorios de austeridad victoriana o sobre el suelo de la cuadra. En estos escenarios las doncellas se congelan en pucheros y mohines, retorciéndose en posturas tensas, eternizándose en detalles de perlas y antifaces, corsetería de satén y medias rotas.
Unwerth se recrea en los rincones oscuros de esta mansión decadente, pero en ella la lascivia es siempre un guiño para que el espectador sonría y se deje deslumbrar por sus juegos de luces.
Unos cuantos flashes:

Emily y Ivy

Emily y the Baroness

Françoise

Isabelle, Emily y Françoise

Françoise y Emily

lunes, noviembre 14, 2005

Pequeños crímenes


Un pequeño vistazo basta para comprobar que estas casas de muñecas no son convencionales. Los cucharones cuelgan en hilera encima del fogón, la mesa está puesta y en ella no falta detalle, incluso hay flores decorando la sala, pero estas muñecas… ¡están muertas! He encontrado a una de estas caritas de porcelana estrangulada en su lecho, y otra ahogada en el cuarto de baño. Horror. Están todas frías y rígidas y hay sangre en el suelo y manchando las cortinas.
Frances Glessner Lee procedía de una acaudalada familia de Chicago. Esta adorable ancianita no descubrió su verdadera vocación hasta la cincuentena. Un amigo de la familia, el doctor George Burgess Magrath fue nombrado forense de la localidad de Suffolk, en Massachussets, y al explicarle a nuestra amiga los detalles de los crímenes no resueltos, Lee se dio cuenta de que había infinidad de detalles que se pasaban por alto en las investigaciones policiales, así que pensó en ayudar a su amigo recreando de la forma más exhaustiva posible los escenarios de los asesinatos. Así en 1936, Frances financió un departamento de Medicina Legal en Harvard.
Sus casas de muñecas tuvieron una enorme repercusión en el ámbito de la criminología, ella las llamaba “The Nutshell Studies of Unexplained Death”, que significaría algo así como “Estudios de muertes inexplicables en una cáscara de nuez”, Frances creó el nombre a partir de un dicho popular policial que dice así: “Hay que acusar al culpable, liberar al inocente y encontrar la verdad dentro de una cáscara de nuez”.
Al parecer la señora Lee cuidaba los detalles de sus creaciones hasta la obsesión: las cafeteras tenían filtros y restos de café, los lápices pintaban, los silbatos pitaban. Para documentarse no tenía ningún escrúpulo en ir al depósito para ver los cuerpos de los cadáveres, dicen que se sentaba con un bocadillo y tomaba notas sobre el color de los cuerpos y otros detalles para después ser más fiel en sus recreaciones. Sobre todo le interesaban los casos de muertes violentas de mujeres, a ser posible con un móvil sexual. Y al apuñalar a una muñequita, o asfixiarla con una almohada, no podía evitar darle una muerte digna, cosiéndole un bonito gorro o ropa interior con puntillas. Que amable.
Estas son algunas fotos de sus amiguitas:


Me encanta la liga

Esto tiene todo el aspecto de un crimen pasional



viernes, noviembre 11, 2005

Angelina

Quería iniciar una serie de espacios dedicados a alguna actriz, actor, personaje curioso, blablabla, y además quería comenzar recordando una de mis actrices de cine clásico favoritas que es Barbara Stanwyck, pero no me he podido resistir y empiezo con Jolie que encabezará la lista. Hay una sección de la revista "Esquire" en USA que se llama "Women we love" dedicada a las celebridades, esta es un poco la idea que buscaba:


Mientras algunas niñas desean ser bailarinas o princesas otras querrían ser vampiras. Ella, por supuesto, prefería esto último, y no puedo imaginarla mejor a esa edad que con unos colmillos de plástico y mal maquillada en un cumpleaños infantil.
Y más sueños y deseos, esta vez de adolescencia: con 14 o 15 años nuestra Jolie quería ser directora de una funeraria, negocio lucrativo sin duda, y además sin altibajos. En sus ratos de ocio jugaba con su pequeña iguana, a la que llamaba Vlad el Empalador.

Y es que adoro a esta mujer, no ha cambiado nada. En sus primeras nupcias apareció ataviada con una camisa blanca en la que aparecía escrito con su propia sangre el nombre de su prometido y a Billy Bob le regaló por el aniversario de boda, un pequeño terreno para que fuera diseñando su tumba. Además de coleccionar cuchillos y primeras ediciones como la del Fausto de Goethe, asegura que es del todo saludable desayunar insectos: cucarachas, larvas de abeja o grillos fritos son siempre preferibles a los Corn Flakes.
Que dulce niña.

“People always automatically think that I am a bad girl. Or that I carry a dark secret with me or that I'm obsessed with death. The truth is that I am probably the least morbid person one can meet. If I think more about death than some other people, it is probably because I love life more than they do”.



Gia (1998) (TV)
Girl, Interrupted (1999)
Lara Croft: Tomb Raider (2001)
Mr. & Mrs. Smith (2005)