Se me antoja haberla robado. ¿Cómo pudiste hacerlo? No la robé, si acaso la compré… Entonces crees que pagar un dinero te da derecho a su pertenencia. Sabes de sobras que no es así, que no es tuya porque ni siquiera es un recuerdo.
¿Pero como robar ‘strana cosa’ que ya ha sido robada? Non voglio di possederla. Ni siquiera asomarme. Pero. El hecho que sea intocable la convierte en cómplice. Tal vez no lo compartas, pero ya fue mía, mucho antes de encontrarla. Anterior a mi memoria imaginada. Yo cree aquel lugar. Estaba compuesto de miedos y nostalgias. Por eso, tal vez por eso, encontrarlo me entristece, y al mismo tiempo compone un enigma irresoluble en mi ansiedad.
Poseo aquellos días. Vuelven. Presiento cómo era esconderse bajo las matas verdinegras, aunque jamás lo hiciera, aunque las avistara desde lejos. Sus misterios siguen siendo mi familia, el hogar remoto de la caída. Cuando nadie me reconocía, entonces me sobraba el tiempo para escaparme, para no ser nadie y sentirme.
Si me vieron mis ojos entonces, otros ojos, no me habrían llamado por mi nombre. Mi pelo no era negro, ni mis ojos oscuros, era una pequeña salvaje desaliñada, de un rubio descolorido y ojos que arañaban. Reía. Y me enfrentaba a aquella sabiduría inducida, a aquel resplandor que aún nos ciega y aturde.
La amenaza de la naturaleza cultivada me embebía, y si pudiera explicar y dejar de relatar a través de sensaciones lo haría. Pero no sería tan cierto.
Exposition de Fleurs (Keukenhof, Holanda)
2 comentarios:
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A mí este "narcisismo" no sólo me gusta, sino que me parece muy bueno.
Esos ojos que arañaban,
esa asociación entre robar, comprar, recordar,
esa frase: "Cuando nadie me reconocía, entonces me sobraba el tiempo para escaparme, para no ser nadie y sentirme."
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