viernes, abril 28, 2006

Visiones apocalípticas de Alexander Scriabin.

Alexander Nikolayevich Scriabin nació en Moscú una Navidad de 1872 y murió durante la Pascua de Resurrección de 1915, aunque ignoro si esta curiosidad en las fechas fue lo que le llevó a escribir en uno de sus secretos diarios filosóficos “Yo soy Dios”.

Afamado pianista en vida, a pesar de sus manos que eran demasiado pequeñas para ejecutar algunas piezas, su proyecto más ambicioso era desarrollar un trabajo multimedia en el Himalaya que trataría sobre el Armageddon.

La teoría del Superhombre de Nietzsche y la teosofía de Mme. Blavatsky le habían influido muchísimo en su obra y en su concepción musical (incluso fue a Londres a visitar la habitación en que Helena Blavatsky murió). Dane Rudhyar, teosofista y compositor, escribió que Scriabin fue "el gran pionero de la nueva música del renacimiento de la civilización occidental, el padre de la música del futuro".

Pero vuelvo a su proyecto megalómano en el Himalaya que nunca logró concluir: La pieza iba a llamarse “Mysterium” y se representaría durante siete días, emulando la creación del mundo, en las faldas de la montaña. Según Scriabin se trataría de "una grandiosa síntesis religiosa de todas las artes que anunciaría el nacimiento de un nuevo mundo". Después de su ejecución el mundo se disolvería en éxtasis.

La representación incluiría música, olores y danza: unas campanas suspendidas de las nubes convocarían a los espectadores, los preludios serían como sonrisas y las codas como puestas de sol. Habría llamas en forma de rayos de luz, lenguas de fuego, perfumes que se esparcirían en el aire…

Todo este complejo montaje proviene de la teoría de Scriabin de que la música no es “solo” música. Scriabin creía en la idea de “Obra de Arte Total” que había asimilado de Wagner y buscaba una simbiosis entre filosofía, religión y arte que a través de la música produciría el éxtasis. A través de sus ritos musicales quería recuperar la historia antigua del poder mágico. Habitualmente para sus composiciones musicales no sólo requería el aparato orquestal, sino que utilizaba proyectores que reflejaban unos colores que el había predeterminado y que estaban en sincronía con la música. En sus partituras había un apartado especial para sus “Luces”. Además de toda la parafernalia que había ideado para su obra magna el “Mysterium”.

Lástima que se quedara en una utopía y que nunca llegara a realizarse.

jueves, abril 27, 2006

De lo Fantástico Visionario (IV): “Edipo y la Esfinge” de Gustave Moreau.

Cuando inicié esta sección dedicada a las representaciones de “lo fantástico” tenía claro que incluiría a Gustave Moreau en ella, por ser uno de mis artistas favoritos y también por haber sido polémico en su tiempo por sus temas poco habituales. Su mundo está poblado de seres y criaturas fascinantes con una cierta predilección por lo monstruoso y la belleza de lo extraño. Entre sus galerías de Salomés, jóvenes andróginos, unicornios y demás bestias se me hizo difícil escoger sólo uno entre ellos, al final me decidí por este “Edipo y la Esfinge” aunque con pena por haber dejado fuera al resto de prodigios e invenciones bárbaras:

Moreau presentó “Edipo y la Esfinge” en el Salón parisino de 1864, representando en el óleo el enfrentamiento entre el joven tebano y el monstruo de cabeza femenina de quien nadie lograba escapar vivo a sus enigmas.

El famoso acertijo (¿qué ser es el que anda de mañana a cuatro pies, a mediodía con dos y por la noche con tres?), fue resuelto correctamente por Edipo tras lo cual la esfinge, furibunda, se suicidó, salvándose así Tebas de su yugo. Como consecuencia, Edipo fue nombrado rey casándose con la viuda de Layo, Yocasta, su madre… pero esta historia ya la conocen bien, el señor Freud se encargó de hacerla célebre.

El cuadro expone la atracción magnética entre sus miradas, la dominación del viajero sobre la esfinge alada, todo ello con una fuerte carga sensual, con la esfinge encaramada a su cuerpo, acariciando con sus garras el muslo de Edipo, traspasando la distancia permitida entre el hombre y la bestia.

Los parisinos que se acercaron ese año al salón quedaron hechizados por la extraña perversidad de la obra, pero también un poco escandalizados. Edouard Schuré le dedicó estas líneas en su libro “Précurseurs et révoltes” de 1904:

“Apoyado en su lanza, la espalda en la roca, un pie al borde del abismo, el atleta pensador, delgado y musculoso, está en coloquio con la Esfinge. Pues es una Esfinge hembra la que ha concebido la leyenda tebana. Se ha subido a él. Sus garras traseras se enganchan a sus muslos, sus garras delanteras surcan su pecho. Su grupa de leona se arquea, sus dos alas se yerguen, su seno de mujer apunta al corazón del héroe, y su perfil fugitivo, irónico, agresivo, le interroga, le plantea la cuestión. Lleva una corona. Pues, desde tiempos inmemoriales, la Naturaleza temible, seductora, insondable, es la reina del hombre. De todos aquellos a los que ha dicho “¿cuál es la palabra de mi enigma?”, nadie ha sabido responder. A todos les ha destrozado y han caído al abismo. Pero Edipo, a su máscara terrible, a su mirada aguda, responde: “¡La palabra de tu enigma es el hombre, soy yo! Yo te llevo en mí mismo con un dios además: mi conciencia y mi voluntad. Con este dios te mido desde la grupa a la cabellera y desde los ojos al fondo de las entrañas.
Y la Esfinge, vencida por el Hombre, no tiene más que arrojarse a su abismo. Así la Naturaleza, penetrada en la jerarquía de sus fuerzas, es vencida por el Hombre que la resume y la sobrepasa con el pensamiento. He aquí lo que dice Edipo de Moreau con la limpidez incisiva de un bajorrelieve antiguo”.

La interpretación de Schuré es en clave psicológica, viendo en la Esfinge el reflejo del espejo de Narciso, el monstruo con el que se enfrenta el hombre al mirarse de frente y su propio enigma. Lo cierto es que este tema de la Esfinge obsesionó a Moreau durante toda su carrera, fue uno de las más recurrentes en su producción: “Edipo viajero”, “Mujer en una gruta”, “Esfinge roja”… Tal vez sabía que podía vencerla, adivinando la pregunta que se escapaba de sus labios de fresa, pero saberse vencedor no le hace a uno feliz.

Más mundos fantásticos:

De lo Fantástico Visionario (III): Peter Milton. Proyecciones de un pasado perdido.
De lo Fantástico Visionario (II): Virgil Finlay. Ilustrando los Horrores de Lovecraft.

De lo Fantástico Visionario: La Isla de los Muertos (no se pierdan la fantástica reseña del cuadro de Böcklin en Días del Futuro Pasado)

miércoles, abril 26, 2006

Meme: Los Libros Imposibles

El señor Illuminatus me pasa un meme concebido en alguna vespertina hora diabólica sobre 5 libros "imposibles" con autores improbables que surjan de nuestra retorcida imaginación. Con el reto, dificilísimo, de superar su ácida selección me pongo a ello:

Ser Republicano y Español”. Yo ni siquiera celebro los Reyes Magos. –Jaime Peñafiel-

Viajar es un placer”. Folleto promocional para los usuarios de Cercanías RENFE. - Juan Javier Pérez Sanz. Director General de Servicios de Cercanías y Media Distancia -

Libro del Buen Hacer. Tenga siempre una palabra amable para el prójimo”. –Fernando Fernán Gómez-

Fuego en el cuerpo”. Tras la cámara. Comentarios sobre el calamitoso rodaje de El coloso en llamas. - John Guillermin y Paul Newman-

La Conspiración de los santos Pedro y Pablo”. Descubra la verdadera intriga que hay tras la muerte de Jesús de Nazaret. –Este lo puede escribir cualquiera y además se asegura una buena jubilación-

Lo siento, pero mi ingenio no da para más a estas horas.

Le paso el meme a Pussy, Higronauta, Jon , XTN y Noemí.

martes, abril 25, 2006

Hombres Lobo (III): Una loba

“En el número de octubre de 1977 de The American Journal of Psychiatry, Harvey A. Rosenstock y Kenneth R. Vincent publicaron el caso de una mujer de 49 años que se creía un lobo y que cada vez con más frecuencia mostraba un comportamiento propio de tal animal. Contaba que, bajo la normal apariencia de una mujer que llevaba veinte años de feliz matrimonio, sentía la irresistible necesidad de satisfacer unos terribles apetitos bestiales. Sus fantasías eróticas frecuentemente giraban en torno a mantener relaciones con otras mujeres en perversas orgías. El lobo era una figura constante en sus fantasías, podía sentir su mirada hipnótica que la atraía con fuerza y su aliento caliente sobre el cuello por las noches. Tal era su obsesión, que después de un tiempo empezó a “sentirse como un animal con garras”. No pudiendo reprimir sus pulsiones, pronto fue dominada por la pasión del lobo. Desnuda y a cuatro patas había llegado a insinuarse sexualmente a su propia madre. La siguiente tarde, después de hacer el amor con su marido, sufrió un violento ataque de dos horas de duración durante las cuales gruñó y desgarró las ropas de la cama con sus uñas. Explicaba después que el demonio “había entrado en ella y la había hecho convertirse en un animal”. Recibió tratamiento farmacológico y psicoterapia. Durante las tres primeras semanas siguió sufriendo ataques, en los que decía que por las noches se convertía en un lobo con garras, colmillos y todo el cuerpo cubierto de pelo. Decía que seguiría rondando por la tierra después de la muerte, sentía necesidad de matar y un fuerte deseo sexual. Veía la cara de un lobo en vez de la suya cuando se miraba a un espejo, y hacía ruidos animales. Después de un período de mejoría recayó durante la luna llena. Decía que debía rondar por los cementerios para encontrarse con “un hombre alto y oscuro”. Tras nueve semanas de internamiento fue dada de alta con tratamiento farmacológico”.

Extraído de “Seres Extraordinarios. Anomalías, Deformidades y Rarezas Humanas”, de Manuel Moros.

Aullidos anteriores:

Hombres Lobo (II): Jean Grenier. El Niño Licántropo
Hombres Lobo. Peter Stubbe

lunes, abril 24, 2006

Diálogos que me dejaron KO : Espartaco

Inicio sección dedicada a diálogos censurados, subidos de tono, con dobles o múltiples lecturas, en definitiva, esos fragmentos de conversación en los que te preguntas: ¿De verdad están diciendo lo que yo creo? Diálogos completamente desatados. Y para estrenar espacio he escogido un auténtico clásico, el intercambio de opiniones en Espartaco entre Marcus Licinius Crassus (Laurence Olivier) y Antoninus (Tony Curtis) en el baño. Este fragmento se recortó al reestrenarse la película en 1967 y no se restauró hasta 1991 cuando se recuperaron 23 minutos de la proyección original, que incluían secuencias de batallas violentas y el famoso diálogo sobre los caracoles y las ostras:

-Trae ese taburete Antoninus. Ponlo aquí. Así está bien… ¿Robas Antoninus?

-No. Amo.

-¿Mientes?

-No, si puedo evitarlo, amo.

-¿Has deshonrado alguna vez a los dioses?

-No, amo.

-¿Te abstienes de los vicios por respeto a las virtudes morales?

-Sí, amo.

-¿Comes ostras?

-Cuando puedo amo.

-¿Comes caracoles?

-No, amo.

-¿Consideras que comer ostras es moral y comer caracoles inmoral?

-No, amo.

-Por supuesto que no. Sólo es cuestión de gusto, ¿verdad?

-Sí, amo.

-Y el gusto no es lo mismo que el apetito. Y por lo tanto no es una cuestión de moralidad, ¿verdad?

-Se podría decir así, amo.

-Ya está bien Antoninus (Crassus le indica que ya está listo)… Mi ropa, Antoninus… (Crassus sale del baño). Mi gusto incluye tanto a los caracoles como a las ostras… (Crassus se acerca al balcón). Antoninus mira. Al otro lado del río hay algo que debes ver. Aquello es Roma. Aquel es el poder que domina el mundo como un coloso. Ningún hombre resiste a Roma. Ni la vence ninguna nación. ¿Crees que podría un muchacho? Sólo hay una forma de tratar con Roma, debes servirla, debes humillarte ante Roma, debes arrastrarte a sus pies. Y sobre todo amarla ¿No es cierto Antoninus? (Crassus se vuelve y Antoninus se ha marchado). ¡Antoninus!… ¡Antoninus!…

viernes, abril 21, 2006

Inflatable Church

Para que luego digan que en Internet no se encuentran cosas útiles. Sin ir más lejos ayer me encontré con esta valiente iniciativa para quienes tienen cierta prisa en casarse. Si en la iglesia no consiguen fecha para la ceremonia que tanto esperan no se preocupen, para eso se ha inventado la Iglesia Hinchable.

Imagino que venderán también algún inflador para ayudar a los pulmones en tal ardua tarea, lo que es cierto es que es un invento bien práctico y confortable. Con sus torres hinchables, su órgano hinchable, el altar, pulpito, candelabros, una cruz dorada hinchable… en definitiva, todos los detalles que harán aún más bonito ese día.

Miren sino que aura de felicidad parece invadir a los invitados, la luz celestial está ahí dentro, ejem, sí, entra por las falsas ventanas de plástico.

Me encanta una de las frases que aparece en la página: ¡No hay problema con los tacones!

jueves, abril 20, 2006

Arquitecturas Imposibles: El Elefante de Charles Ribart

Curioseando en la Wikipedia he encontrado este proyecto quimérico de Charles Ribart, arquitecto francés del siglo XVIII que diseñó este edificio con forma de elefante.

Hay pocos datos en la página, apenas que fue en 1758 cuando planeó el paquidermo artificial que pensaba ubicar adjunto a los Campos Elíseos, justo donde ahora se encuentra el Arco de Triunfo. Consistía en tres niveles a los que se accedía por una escalera de caracol interna, como se puede observar en el plano seccional del edificio. Uno de los aspectos más divertidos es que ¡incorporaba un surtidor de agua en la trompa!

Lástima que no encuentre mucha más información sobre el arquitecto, pero voy a remover en mis libros de Arquitectura y Urbanismo a ver si encuentro más datos.

En la misma entrada de la enciclopedia hay también un enlace a “Lucy, the Elephant” otra construcción elefantiásica hecha de hojalata y madera y que se encuentra en New Jersey diseñada por James V. Lafferty (al parecer todo un especialista en crear edificios con forma de elefante), pero no tiene tanto encanto como el proyecto de Ribart.

Aunque les dejo aquí el enlace por si sienten curiosidad.

miércoles, abril 19, 2006

Münchhausen, Josef von Báky (1943)

Hace poco tuve ocasión de volver a ver esta versión de las aventuras del soldado dieciochesco Barón Karl Friedrich Hieronymus von Münchhausen. Eclipsada por la atractiva producción de Terry Gilliam de 1988, esta película tiene para mí mucho más encanto, en parte por su delirante tono surrealista, sus pretensiones épicas y por una puesta en escena en la que destacan los decorados coloristas y el barroquismo del vestuario y la decoración.

Parte del olvido de Münchhausen se debe a que fue un film comisionado por Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi, para levantar el espíritu de los alemanes en el 25 aniversario de los estudios UFA. El rodaje fue muy costoso, siendo la primera película rodada en color en Alemania, incorporando el sistema Agfacolor y unos efectos especiales innovadores para la época diseñados por Konstantin Irmen-Tschet (quien había trabajado para Fritz Lang en Metrópolis) además de incluir localizaciones en Venecia.

La trama es una sucesión de aventuras y escenarios que nos transportan de una región de maravillas a otra sin pausa: así vemos al Barón disfrutando de la corte de la zarina Catalina la Grande, convertido en el entretenimiento preciado del sultán turco Abdul Hamid, raptando a Isabella d’Este de un harén y viajando desde Venecia a la luna en globo en un homenaje al corto de Méliès. Asimismo en sus fabulosos viajes se encontrará con varios personajes famosos: como el conde Cagliostro, quien le concede la eterna juventud y un anillo con el que puede hacerse invisible durante una hora, y con el ya maduro Casanova, con quien puede rivalizar en conquistas amorosas.

Armarios que se abren y dejan salir pantalones y camisas que vuelan libremente por la habitación, un criado que es capaz de recorrer la distancia entre Turquía y Austria en una hora con tiempo para hacer una cabezadita… El realismo mágico está presente durante toda la película, consiguiendo un recorrido extravagante por tierras de prodigios que no dan tregua a la imaginación del espectador.

Münchhausen es una excelente película de aventuras con un cierto tono nostálgico que se percibe en la narración en primera persona del propio Barón (que explica sus hazañas como si perteneciesen a uno de sus antepasados para no revelar su condición inmortal). Es en fin una celebración de la vida y de la participación entusiasta en cada pequeño acontecimiento de esta, nos habla también de la fe en la fantasía y de cómo la historia más absurda puede encerrar una verdad rotunda.

Les dejo que la descubran.

martes, abril 18, 2006

El cinematográfico final de Humberto I de Italia

El de la foto es Humberto I de Italia, que fue rey desde enero de 1878 hasta su muerte. Le cito para introducir el tema de las coincidencias o serendipias, ya que su caso es bastante curioso y me interesaba comentarlo. El 28 de julio del año 1900 Humberto I, de la casa de los Saboya, estaba cenando en un restaurante de la localidad de Monza cuando advirtió que el dueño del mismo se le parecía mucho físicamente. Decidió interesarse por su vida y fue entonces cuando descubrió asombrosas coincidencias entre sus vidas: no sólo compartían nombre, sino que al igual que él había nacido en Turín, sus esposas se llamaban Margheritta y ¡se habían casado el mismo día! Además de que había inaugurado el restaurante el mismo día que Humberto I era coronado rey.

Una locura… Pero no acaban aquí las coincidencias. Humberto I se hallaba en Monza porque acudía a presenciar un concurso de atletismo que se realizaba en la ciudad al día siguiente. Durante el mismo, el ayudante de su majestad le comunicó que el dueño del restaurante acababa de morir víctima de un disparo, y nada más explicarle la lamentable noticia el anarquista italo-americano Gaetano Bresci disparaba al rey surgiendo de entre la multitud.

No era la primera vez que Humberto I sufría un intento de asesinato, ya en Noviembre de 1878 otro anarquista, Giovanni Passanante intentó atacarle en un desfile en Nápoles y en 1897 Pietro Acciarito intentó apuñalarle cerca de Roma, pero como se suele decir, a la tercera va la vencida. En este caso, había fuerzas más poderosas que el cetro planeando sobre la cabeza del monarca.

Es conocido que en algunas mitologías ver a nuestro Doppelgänger es el aviso de la propia muerte. Visto el caso de Humberto I, sólo me queda esperar que mi doble diabólico ande bien lejos…

viernes, abril 07, 2006

Con un poco de miedo al tres

Inevitablemente y tal y como estaba previsto este fin de semana cumplo años, profundo dolor. (En realidad no me afecta, es un puro trámite).

Además he decidido ignorar a ese personaje irritante de forma ovoide, que por mucho que se empeñe no tiene cintura ( a saber donde acaba su cabeza y donde empieza el cuerpo). Como la semana que viene no actualizaré el blog porque estaré de vacaciones aprovecho para saludarles.

E insistir para que me feliciten, claro.

-¡Siete años y seis meses! -repetía pensativamente Humpty Dumpty-. Una edad bien incómoda. De pedirme a mí un consejo, te habría dicho: “Detente en los siete años”… pero ahora ya es demasiado tarde.

-Nunca pido consejo en materia de crecimiento –dijo Alicia, indignada.

-¿Con que orgullosilla? –sugirió el otro.

Alicia, ante tal sugerencia, aún se sintió más indignada.

-Quiero decir –añadió- que no puede una evitar el ir creciendo.

-Una quizá no –dijo Humpty Dumpty- pero dos sí. Con la ayuda adecuada, podías haberte detenido en los siete años.

-¡Qué cinturón más bonito lleva usted! –observó de pronto Alicia (habían hablado ya, más que de sobra, del tema de la edad, pensó, y si realmente iban a elegir temas por turno, ahora le tocaba a ella). O mejor dicho –rectificó tras una segunda reflexión-, qué bonita corbata… no, cinturón… ¡oh, perdón! –agregó Alicia, muy azorada al ver la mirada hostil de Humpty Dumpty y, a la vez, ya arrepentida de haber elegido ese tema: “si por lo menos supiera –pensó-, cuál es su cuello y cuál es su cintura…”.

Sin duda Humpty Dumpty estaba furioso, pero durante uno o dos minutos no dijo palabra. Cuando al fin rompió el silencio, no se oyó sino una suerte de gruñido.

-¡Si hay algo que me exaspera –dijo- es una persona que no sabe distinguir entre una corbata y un cinturón!

-Confieso que es debido a mi gran ignorancia –dijo Alicia en un tono de tal humildad que aplacó a Humpty Dumpty.

-Es una corbata, niña, una hermosa corbata, como tú bien has dicho. Un regalo del Rey Blanco y de la Reina Blanca. ¡Para que veas!

-¿De veras? –dijo Alicia muy complacida al ver que, a fin de cuentas, no había elegido tan mal el tema.

-Me lo dieron –prosiguió Humpty Dumpty con mucha solemnidad, cruzando las piernas y apoyando sobre la rodilla ambas manos-, me lo dieron como regalo de incumpleaños.

-¿Perdón? –dijo Alicia con aire intrigado.

-No me has ofendido –repuso Humpty Dumpty.

-Quiero decir: ¿qué es un regalo de incumpleaños?

-Un regalo que se da cuando no es cumpleaños, claro.

Alicia, tras reflexionar un poco, dijo al fin:

-Yo prefiero los regalos de cumpleaños.

-¡Tú no sabes lo que dices! –gritó Humpty Dumpty-. ¿Cuántos días tiene el año?

-Trescientos sesenta y cinco.

-¿Y cuantos cumpleaños tienes tú al año?

-Uno.

-Y si de trescientos sesenta y cinco restas uno, ¿qué queda?

-Trescientos sesenta y cuatro, naturalmente.

Humpty Dumpty se mostró algo escéptico.

-Preferiría verlo por escrito.

Alicia no pudo contener una sonrisa mientras sacaba su cuadernillo de notas y hacía para él la resta.

Humpty Dumpty tomó el cuaderno y lo examinó con atención.

-Creo que la operación es correcta… -empezó a decir.

-¡Pero si lo tiene al revés! –le interrumpió Alicia.

-¡Cierto, así es! –dijo jovialmente Humpty Dumpty mientras Alicia se lo ponía al derecho-. Ya me parecía algo raro su aspecto. Pues, como te decía, la operación parece correcta… aunque no haya tenido tiempo de verificarla a fondo… y eso demuestra que hay trescientos sesenta y cuatro días en los que puedes recibir regalos de incumpleaños…

-Cierto –dijo Alicia.

-Y sólo un día para regalos de cumpleaños, ya ves. ¡Así que te has cubierto de gloria!

jueves, abril 06, 2006

Las extravagancias de Piero di Cosimo

Hablando de genios saturninos y artistas atormentados hace algún tiempo le dediqué unas líneas a las locuras de Franz Xaver Messerschmidt, y a las decenas de bustos que realizó tomándose como modelo en un catálogo excéntrico de muecas. Recuperando el tema de los genios con fama de “locos”, me adentro hoy en la vida y obra de Piero di Cosimo, pintor florentino del siglo XVI cuya pasión por los huevos duros le hacía acompañarse siempre de una cesta repleta de estos, además de otras muchas manías, disculpables por supuesto, en un creador de su talento. Y es que… cada uno consigue la inspiración de formas distintas.

Uno de los temas predilectos de Cosimo, cuyo verdadero nombre era Piero di Lorenzo, eran las representaciones de la muerte y todo el mundo iconográfico que las rodea desde un punto de vista lúdico y festivo. Eran muy famosos sus decorados para fiestas, sobre todo su “Triunfo de la Muerte”. En 1511 ideó una carroza tirada por bueyes, decorada con huesos y cruces. Piero di Cosimo se inspiró en los “Trionfi” de Petrarca para construir esta enorme carroza negra coronada por una figura de la Muerte que portaba una guadaña entre las manos. Cada vez que la carroza se detenía en su recorrido, salían, de los muchos sarcófagos que llevaba encima, unas figuras vestidas de negro con un esqueleto blanco pintado en la tela y se sentaban tranquilamente sobre sus tumbas para recitar al público endechas sobre el tema de la muerte, aunque con una clara voluntad de sarcasmo político. Vasari recogió algunas:

Somos muertos como veis

Muertos como un día seréis,

Como vos, tuvimos vida y aliento

Nos seguiréis en la muerte


Danza Macabra Medieval

Piero di Cosimo era muy aficionado al tema de la “Danza de la Muerte” e incluso recogía coplas populares sobre esta tradición, que a mí personalmente me parece muy divertida: ver esqueletos sonrientes cantando y danzando de forma despreocupada. Pero su fama de estar “algo loco” no sólo era resultado de esta invención suya, sino de sus peculiaridades gastronómicas, que ya comentaba antes y de su carácter quisquilloso:

…no le importaba nada su propia comodidad y se limitó a comer sólo huevos duros, los cuales, para ahorrar combustible, cocía mientras calentaba la cola, y no seis u ocho a la vez sino unos cincuenta y, guardándolos en una cesta, los iba comiendo poco a poco. Esta vida la gozaba de tal manera que, en comparación, cualquier otra le parecía servidumbre. No podía soportar el llanto de los niños, las toses de los hombres, el retintín de los cascabeles ni el canto llano de los frailes; y cuando la lluvia caía a raudales del cielo, le deleitaba verla caer a chorros desde los tejados y salpicar el suelo. Le aterraban los relámpagos y cuando oía un gran trueno se envolvía en su manto y, tras haber cerrado las ventanas y la puerta de su habitación con llave, se agazapaba en un rincón hasta que pasara la tormenta. Era muy variado y original en su conversación y a veces decía cosas tan extraordinarias que los que le oían se partían de risa. Pero de viejo era tan raro y excéntrico que no se podía hacer nada con él. No aguantaba la presencia de los ayudantes, y su necedad le privaba de todo posible auxilio. Cuando quería trabajar y no podía, por causa de su perlesía, se enfurecía y quería obligar a sus manos a dejar de temblar, pero, mientras refunfuñaba, se le caía el tiento del pintor, o incluso sus pinceles. Era un espectáculo lastimoso. Las moscas le hacían rabiar y hasta las sombras le molestaban”.

La fuente es Vasari y sus “Vite de’più eccelenti pittori scultori ed architetti

miércoles, abril 05, 2006

Biscuit City

He leído recientemente sobre esta ciudad en miniatura construida íntegramente de galletas y dulces en Selfridges (Londres). Como en la casa de la bruja de “Hansel y Gretel” aquí todo es comestible, hasta las oficinas de correo, las fuentes y las iglesias.

El diseño de la maqueta es obra del artista chino Song Dong, quien ha llamado al proyecto “Eating the City” y que pretende mostrar el desarrollo de las ciudades en Asia y su homogeneización. Dong dice estar cansado y aburrido de las ciudades clónicas, que en lugar de experimentar innovaciones urbanísticas o arquitectónicas en su formación copian el modelo occidental y acaban resultando idénticas unas a otras.

Aproximadamente unas 72.000 galletas de todas las formas y sabores se han empleado para construir la ciudad, que no es la primera que ha realizado Dong, ya que anteriormente había construido otras en Paris, Shangai o Pekín.

Que tentación para los visitantes golosos el poder robar alguna galleta, aún a riesgo de causar una verdadera catástrofe urbana…

martes, abril 04, 2006

The Mütter Museum

Sin duda si pudiese viajar por unas horas a un museo cualquiera en el mundo hoy escogería el “Mütter Museum”, que se encuentra en la Facultad de Medicina de Filadelfia, Pensilvania.

Con su aspecto de edificio victoriano, salas forradas de muebles en madera oscura y una débil luz amarilla. ¿Qué mejor que perderse por sus salas pobladas de innumerables historias curiosas?

El museo está especializado en rarezas médicas y curiosidades: cerebros de criminales convictos, un colon gigante, un molde de los famosos gemelos Chang y Eng (de los que hablábamos el otro día). También está la “Mujer Jabón”, cuyo cuerpo se encontró conservado en perfecto estado debido a un proceso químico que redujo su piel y sus órganos vitales a una sustancia parecida al jabón. Y muchas exhibiciones extrañas más: el “Eye Wall of Shame” que muestra lesiones oculares varias, esqueletos sonrientes de tamaños y complexiones distintas, huesos agujereados por balas y un sinfín de excentricidades médicas.

El “Mütter Museum” ofrece una maravillosa panorámica para entender cómo el cuerpo humano puede ser contemplado como una expresión artística de compleja belleza. Fundado en 1849 por el doctor Isaac Parrish para educar a los estudiantes de Medicina sobre anomalías anatómicas y con la considerable aportación de la colección personal del profesor Thomas Dent Mütter, hoy en día explica la historia del ser humano desde un punto de vista diferente, no considerando el cuerpo una creación ideal de la naturaleza o un ejemplo de perfección biológica. Los tesoros que hay tras las vitrinas del museo nos sirven para hacer una reflexión en profundidad sobre cómo somos y para ver y aproximarnos al otro de forma distinta.

Molde de los cuerpos de Chang y Eng

Esqueletos de un gigante y un enano

domingo, abril 02, 2006

Gainsbourg, L’Histoire de Melody Nelson y l’ Archange Maudit

Tal día como hoy hace setenta y ocho años nacía en Paris mi querido Lucien, nacido también bajo el signo del carnero. Arrebatada estos días escuchándole tanto como me es posible y como soy una incurable sentimental quería aprovechar para dedicarle unas líneas a mi disco favorito de todos los tiempos: “L’Histoire de Melody Nelson”. Y como además en las últimas semanas varias personas me han preguntado acerca de mi alter ego l’Archange Maudit, como se duele decir, mato tres pájaros de un tiro con este post (como no podía ser de otra manera, el germen de todo es una canción de amor)

En 1971 e inspirado en su entonces pareja Jane Birkin, Gainsbourg compone Melody Nelson. Un álbum conceptual que mezcla amor, muerte y una exótica superstición. Basándose en la novela “Lolita”, Gainsbourg relata una historia de deseo y fatalidad que tiene como protagonistas los vaivenes de su espíritu desencantado y la piel suave de una adolescente inglesa.

Las palabras son de una belleza y un lirismo hipnótico. Y la historia se desarrolla cabalgando en violines, en valses, en progresiones orquestales sinfónicas en una mezcolanza mágica.

Y así empieza el cuento:

Un francés decadente conduce su “Rolls Royce Silver Ghost” por una carretera anónima. Fascinado por las curvas de la figura femenina alada que corona el radiador del coche atropella a una adolescente de labios de fresa: Melody. (Como el mismo Serge decía: “Yo voy en Rolls. En Perrault hay carruajes, pero yo no soy un príncipe encantador. Esta historia es más como la bella y la bestia”)

Les ailes de la Rolls effleuraient des pylônes
Quand m'étant malgrè moi égaré
Nous arrivâmes ma Rolls et moi dans une zone
Dangereuse, un endroit isolé
Là-bas, sur le capot de cette Silver Ghost
De dix-neuf cent dix s'avance en éclaireur
La Vénus
d'argent du radiateur
Dont les voiles légers volent aux avant-postes
Hautaine, dédaigneuse, tandis que hurle le poste
De radio couvrant le silence du moteur
Elle fixe l'horizon et l'esprit ailleurs
Semble tout ignorer des trottoirs que j'accoste
Ruelles, culs-de-sac aux stationnements
Interdits par la loi, le coeur indifférent
Elle tient le mors de mes vingt-six chevaux-vapeurs
Prince des ténèbres, archange maudit,
Amazone modern' style que le sculpteur,
En anglais, surnomma Spirit of Ecstasy

Ainsi je déconnais avant que je ne perde
Le contrôle de la Rolls. J'avançais lentement
Ma voiture dériva et un heurt violent
Me tira soudain de ma rêverie. Merde!
J'aperçus une roue de vélo à l'avant,
Qui continuait de rouler en roue libre,
Et comme une poupée qui perdait l'équilibre
La jupe retroussée sur ses pantalons blancs
"Tu t'appelles comment ?
- Melody
- Melody comment ?
- Melody Nelson."
Melody Nelson a des cheveux rouges
Et c'est leur couleur naturelle.

En un torbellino psicodélico se suceden la tristeza, la lujuria, las escaleras de un hotel barroco con ángeles dorados, bronces y figuras de Afroditas y Salomés. Piruetas del amor. Y de repente, demasiado pronto, la pérdida: Melody muere en un accidente de avión. La niña reposa en algún lugar en el fondo del océano y la historia termina en apoteosis tan brutalmente como había comenzado.

Entonces entra en escena el mito pagano. El narrador empieza a alucinar asociando la muerte de Melody a los “cargo cult” o “culto del cargamento”, una religión practicada en Papua, Nueva Guinea. Los indígenas rinden un especial culto a los aviones que ven pasar sobre sus cabezas y que jamás han visto en tierra. Creen que obtendrán algún tipo de beneficio de ellos y desean que los aviones se estrellen.

La última canción del disco que tiene el mismo nombre que esta creencia: “Cargo Cult”, expresa el deseo de que uno de esos aviones se estrelle con Melody dentro y la traiga de vuelta para siempre...

Cuando enterraron a monsieur Gainsbourg en el Cimetiere de Montparnasse en marzo de 1991, le acompañaba en el féretro el muñeco que abraza Birkin en la portada del disco:

Aquí les dejo el enlace para que se descarguen el álbum y un fragmento de la película que hizo para la televisión Jean-Christophe Averty: