miércoles, julio 28, 2010

El Oscuro Objeto


Así se titula el capítulo 18 de "Middlesex" tras haber pasado ya el meridiano de la novela. En él, una joven Calíope está a punto de descubrir un pequeño pene escondido entre los pliegues de su vulva y a descubrir también al objeto de deseo que marcará toda su adolescencia.
Verán, el encuentro sucede así. Nuestra protagonista, Calíope, lee en clase un fragmento de la “Ilíada” relativo a la diosa Afrodita:
“Era la una. El letargo de después de comer flotaba por el aula. Fuera, el cielo amenazaba lluvia. Llamaron a la puerta.
-Disculpe, Callie. ¿Podría parar un momento, por favor? -El señor Da Silva se volvió hacia la puerta-. Adelante.
Al igual que mis compañeras, alcé la vista. En el umbral había una chica pelirroja. Dos nubes se encontraron en lo alto, patinaron y, dejando escapar un resplandor, siguieron su camino. La luz cayó sobre el tejado de cristal del invernadero y, pasando entre los geranios suspendidos, realzó el fulgor rosado que ahora, como una especie de membrana, envolvía a la recién llegada. También es posible que el sol no tuviese nada que ver, sino que se tratase de cierta intensidad, de un fervor, de mi mirada”
A partir de esta revelación, Callie, la hermafrodita, muestra en el desarrollo de la narración un interés que define como “zoológico” hacia la nueva compañera de clase: sus explosiones de pecas, su forma de caminar arrastrando los pies, su desgana, sus labios finos, su mirada ausente… El encuentro lírico evoluciona hacia el despertar sexual, y la pelirroja se establece en la memoria sentimental de él/la protagonista hasta la edad adulta, evocando su recuerdo, imágenes de una belleza agridulce y fantasmal.
La pelirroja no llega a tener nombre. La conoceremos como el Oscuro Objeto, así la bautiza Callie años después de que perdieran el contacto. Ya convertido en Cal y destinado a a Madrid, ve en un bar “Ese Oscuro Objeto del deseo” y aunque no logra entender la mayor parte de los diálogos del film, le cautivan las escenas en que se ve a Fernando Rey con un pesado saco cargado al hombro: en el restaurante, en el parque, cogiendo un taxi, etc. Así interpreta Cal el recuerdo que le persigue, “como si llevara a cuestas un peso o una carga desconocida y misteriosa
Cuando ideé mi Tumblr como una caja de fotografías virtual en la que rescatar fulgores en los que quedara apresada una parte de mi Objeto, no dude en bautizarlo así. Creo que lo entenderán fácilmente.

domingo, julio 25, 2010

Tu vida en sociedad

El libro que nos ocupa, se publicitaba en los periódicos en abril de 1974 como una guía moderna y práctica de la vida social. El librito glosaba, a modo de diccionario, el protocolo considerado más adecuado ante situaciones tan variadas como propinas, vestuario, conciertos, bailes, etc. Todo ello amenizado con ilustraciones, entendemos que ejecutadas por mano de la escritora que firmaba la obra: María Marco.
En el prólogo a la edición se hace hincapié en que independientemente de las modas acerca de la urbanidad, hay una serie de comportamientos que demuestran el ‘savoir faire’ del individuo y la guía ante la que nos hallamos se precia en ser una ayuda para la amplia clase media en su desenvolvimiento dentro del ámbito social.
Como pueden suponer, hoy en día “Tu vida en sociedad” resulta desfasada, demodé, y tal vez por eso y cómo indicaba ya la autora en su momento, es posible que sólo sirva para provocar la risa en sus descendientes.
Aquí un botón:

GAFAS

Que las gafas se emplean para ver mejor es una explicación obvia, pero es necesario confirmarlo porque algunos las consideran como un adorno para la cara y exhiben monturas vistosas y de pésimo gusto. Los lentes clásicos serán siempre y en todos los tiempos los más elegantes.
Las gafas hay que llevarlas en su sitio, en el caballete de la nariz; mirar a una persona por encima de los lentes es signo de escasa educación y nada puede justificarlo. Y las señoras que teman perder sus preciosísimas gafas que no recurran a los feos y antiestéticos collares de cadenita; procuren, simplemente, no ser tan distraídas.
Las señoras miopes que utilicen impertinentes deben recordar que no han de emplearlos para mirar de arriba abajo a las personas. Aunque no les pase por la imaginación la más mínima intención de ofender, la persona a quien se examina de esta forma resulta intimidada y no piensa en la miopía, sino que con justicia se resiente de lo que le parece un gesto de altivez.

miércoles, julio 21, 2010

Summer Dream


Il dolce far niente... El verano es temporada de incubación, de madurar quimeras y extenderlas cual redes invisibles contra la noche estival. Estas horas de la noche son los únicos momentos del día que recobran su pátina de realidad, ya que durante las horas diurnas el tiempo se detiene y, en letargo, consumimos píldoras de sueños.
La larga estación no nos deja espacio para la acción, pero sí para grandes descubrimientos. Esas píldoras de sueños nos entregan filmografías variopintas, de cine mudo, del cine precioso de arma blanca y de cine de muñecos (estas han sido mis elecciones). También transitan bellas muchachas en flor en mi panorama veraniego. Damas ligeras de ropa. Starlets y piernas recortadas de revistas. Incisivos ligeramente separados. Cabezas cortadas de muñecas.
De las casas vecinas también parece haberse adueñado la calma. Por todas partes late un silencio engañoso, a la espera de que llegue el momento preciso. Mientras, dormitamos, espiamos las idas y venidas del tipo de al lado o tomamos un nuevo comprimido vía oral que nos salvará de los restos de la tarde. Un nuevo hallazgo para comentar cuando los muertos regresen.
Pese al tono melancólico del escrito, no me pesa el tiempo: me deleita reflexionar sobre mi lector ideal, del que algún día les hablaré, o sobre la espuma de los días, los encuentros que nunca fueron o el parloteo de los árboles.
Pronto más.

lunes, julio 12, 2010

Los escarceos amorosos del Diablo


Cuaderno de actos comprobados de brujos. Documento de la inquisición de Navarra. 1613.

En dicho Cuaderno publicado por Florencio Idoate en 1972, un tal Miguel de Goyburu dice que “cuando el demonio le conoció la primera vez sométicamente (sodomíticamente) le salió sangre y cuando fue a su casa y a otro día lo echó de ver en la camisa”.
Gracia de Ameçada declara que “el demonio los conocía a todos carnalmente, a los hombres por detrás y a las mujeres por ambas partes, y que también se mezclan en actos deshonestos los unos con los otros. Y que cuando a ella la conoció carnalmente el demonio la primera vez era doncella y la desfloró sintiendo mucho dolor. Y le salió mucha sangre que llevo en la camisa a su casa, y al día siguiente la tenía y vio en ella”
Muchas veces, continúa el Cuaderno, “el demonio, fuera de los aquelarres, trata y comunica carnalmente con los brujos y para ello se les aparece en cuerpo y talle de hombre negro y feo“.
En el mismo Cuaderno hay tres declaraciones de monstruosa apariencia. Catalina Porto dice que “de los actos que tuvo con el demonio se empreñó cuatro veces y cada una de ellas le duró el preñado dos veces. Y la primera vez parió tres sapos, con harto dolor, como si pariera alguna criatura”. Maria de don Esteve asegura “que la primera vez que el demonio tuvo acceso con ella, después que fue bruja, la empreñó y estuvo muy mala del preñado, hasta que un día parió un sapo… del tamaño de un perrillo cuando nace, y tenía el vello rojo y cola, y el rostro ni era de persona ni de perro, y quería parecer ambas cosas, y tenía alguna semejanza a la cara del demonio del aquelarre”.

domingo, julio 04, 2010

Demodé


No soporto las multitudes. La confusión de voces me fatiga. Por estos motivos rehúyo salir y amueblo mis paredes con imágenes queridas. Ahora adopto un jarrón, tal vez más tarde me interese desempolvar plumas verdinegras de gallo. Ce sont mes amis. No comparto el interés de mis convecinos por los viajes, tal vez porque viajo continuamente. No existe paraíso más dichoso que mi espacio diseñado para el viaje, que mis amados objetos.
Lo más divertido es que mi obra nunca termina. Mi gran sueño sería hacerme con un émulo de Charlie McCarthy, con quien poder conversar sobre materias elevadas. Mientras tanto, no me importaría conseguir un maniquí al que disfrazar de Cleopatra. Tengo pocas amigas. Desde niña siempre he querido poseer uno de esos espejos de los cuentos infantiles, a los que uno se asoma con reverencia y puede ocurrir cualquier cosa tras escudriñar su superficie borrosa (tiene que ser borrosa). Y relojes, muchos relojes dando la hora desde cientos de rincones, con sus mecanismos animados y sus pájaros parlantes.
Jaulas conteniendo caprichos de lo más diverso y frascos de cristal de todos los colores, para volverme loca con la danza de sus reflejos. Una orquesta de monos autómatas. Un techo adornado de farolillos chinos. Ojos recortados de revistas en las paredes. Máscaras y más mascaras. Muñecos malditos.
Así... estoy en paz.

jueves, julio 01, 2010

Dorothy Eady o la sacerdotisa Bentreshyt


Hoy voy a narrarles una extraordinaria historia acerca del regreso de una sacerdotisa egipcia del templo de Isis a la Inglaterra del siglo XX. Tómenla como si se tratara del argumento de una novelilla barata de momias y resurrecciones, aunque no voy a falsear ningún dato de los que he recogido al respecto.
Dorothy Eady nació en Londres en 1904. A la edad de tres años cayó por las escaleras de su casa de estilo victoriano y el médico que la atendió allí mismo aseguró a sus padres que Dorothy había muerto. Muerte clínica, la llaman: pérdida de las funciones vitales. El estupor vino después, pues Dorothy revivió y a las pocas horas de su aparatoso accidente, ya volvía a jugar tranquilamente con sus muñecos. Pero la niña trajo algo consigo de los largos túneles. Sus sueños cambiaron, y por las noches soñaba con un jardín de árboles frutales y un templo con muchas columnas.
La pequeña Eady guardó sus visiones para sí durante algún tiempo, aunque a veces decía a sus padres que aquel no era su verdadero hogar. Pero tal vez no fue consciente del sentido de sus visiones hasta más tarde, y a raíz de dos acontecimientos. El primero fue la visita al Museo Británico. Al entrar en la sala de arte egipcio, se separó de sus padres y corrió a besar con verdadero fervor los pies de las estatuas egipcias que allí se encontraban, para asombro de sus progenitores. El segundo mensaje del destino sucedió al encontrar una fotografía en un periódico del templo de Osiris en Abydos, en la que reconoció su hogar ansiado, aquellas amadas imágenes que se le aparecían en sueños: el templo, los jardines.
La historia continua en forma de obsesión para Dorothy, los sueños ya no sólo aparecen por la noche, sino que comienza a tener alucinaciones en estado consciente, e incluso recibe visitas de un espíritu llamado Hor-Ra que le ilustra sobre su verdadero origen. El amante de su vida pasada, Seti I, también se le aparece y vuelven a tener comercio carnal.
Así se suceden los días de Dorothy, recibe llamadas del más allá y recoge a través de escritura automática descripciones de su vida pasada que traspasa a un manuscrito de 70 páginas. Como no podía ser de otro modo, el mundo egipcio se convierte para ella en obsesión, y cómo todo estímulo poderoso, posee su alma y su actividad diaria hasta que sus pasos la llevan a su hogar y se reconcilia con su identidad, cambiando su nombre por el de Omm Seti.
La historia es larga y pueden curiosear los avatares de la vida de Omm Seti en muchísimas fuentes de Internet: su aportación a la egiptología, sus hallazgos arqueológicos. Toda esta información está fácilmente disponible y no necesitan que les realice un informe. Tan sólo quería llevarles de la mano conmigo a aquel día en que Dorothy cayó por las escaleras de su casa victoriana y esperar con ustedes a que la niña levantara y reanudara sus juegos. Tan sólo eso.