
Descubro por estos parajes virtuales que la casa que nos obsesionó durante gran parte de nuestra infancia y adolescencia, la villa modernista que retrató Dario Argento en “Profondo Rosso” se encuentra en Corso Giovanni Lanza 57 de Turín y, resultando la realidad mucho más prosaica, se llama Villa Scott, al tomar el nombre de la persona que encargó la construcción de la casa. Villa Scott fue construida en 1902 por Pietro Fenoglio, arquitecto que diseñó varios palacetes modernistas en Turín. Cuando se rodó la película en el año 1974 la casa albergaba un instituto femenino de monjas y se cuenta que el cineasta para realizar con tranquilidad las tomas que necesitaba, mandó a monjas y alumnas a unas pequeñas vacaciones pagadas a Rimini.

Dentro de la obra magna que es “Profondo Rosso”, la Villa del Bambino Urlante recibe el tratamiento de un personaje más, dedicándole Argento a su presentación y exploración el tiempo que un amante atento dedicaría a su enamorada en el lecho. Los interiores de la villa se desmenuzan con tal minuciosidad que la casa poseedora del secreto se transforma por sí misma en misterio, y tiene su propio desarrollo dentro de la película, de creación, éxtasis y ocaso purificador.

Sin duda “Villa Scott” es uno de esos lugares que desprenden efluvios magnéticos, que nos atraen con falsas ilusiones de voces y que en sus pasillos interminables y en sus entrañas lúgubres ocultan un alma de “casa maldita”. Los seguidores de la filmografía argentiana lo demuestran con creces en las instantáneas que han tomado de la villa tras ir en peregrinación a Turín, un breve paseo por las galerías de Flickr se lo demostrará. Yo he tomado prestada alguna muestra, hasta que pueda viajar a la casa endemoniada.
