jueves, marzo 29, 2007

Sarah L. Winchester

Sarah L.Winchester (1839-1922), la dama que aparece abajo en la fotografía montada en su carruaje, es famosa por haber pasado la mayor parte de su vida construyendo una casa en la que despistar a los espíritus.

La historia es ésta: Sarah se casó con el único heredero de la archiconocida empresa de rifles Winchester. Y la verdad es que desde que se casaron la suerte no pareció acompañarles precisamente. Tuvieron una hija que falleció a las pocas semanas de nacer y Sarah enviudó pronto, al morir su marido en 1881 de tuberculosis.

Después de consultar a varios espiritistas para averiguar la causa de sus desgracias una médium la convenció de que su familia estaba maldita ¡debido a los espíritus de todas las personas que habían muertos por rifles Winchester!

La única solución era, pues, construir una gran casa para Sarah y los espíritus, y la buena mujer así lo quiso, invirtiendo en ello toda su fortuna. La construcción de la casa debía ser permanente y no podía pararse hasta que Sarah muriera para extraviar a los espíritus en su interior.

Así se creó la que se llama hoy en día Winchester Mistery Mansion: con más de 150 habitaciones sin ningún tipo de planificación arquitectónica. Las habitaciones están amontonadas unas sobre otras, hay puertas que dan a la nada, ventanas que dan a otros muros, escaleras que llevan a ninguna parte… Y con el capricho de la dueña de dormir cada día en una habitación distinta para despistar a los malvados espíritus, que debían necesitar un mapa para orientarse en ese caos.

El caso es que Sarah no cesó en su labor de extraviar espectros hasta su muerte en 1922 y fue enterrada junto a su marido y su hijita. Su casa es actualmente un Monumento Histórico Nacional y recibe muchísimas visitas.


15 comentarios:

Pussy Galore dijo...

me pregunto si esos mismos espíritus no persiguen ahora a Charlton heston. Me parece el legado adecuado.
Un beso!

Markitos dijo...

Se los habrá comido, con lo retrógado que es.

Conozco a varios arquitectos que diseñan igual que la mansión esta.

Anónimo dijo...

un laberinto absurdo, yo lo encuentro muy coherente.

Anónimo dijo...

Se parece a un palacio japonés que ha puesto recién el señor Brujo:
http://www.futuropasado.com/?p=698

Esta viuda de rico yanki, por tanto, tenía una imaginación perfectamente japonesa.

Al final, la culpa de todo la va a tener el bueno de James Stewart.

Rain en ZQ. dijo...

Qué gran extravagancia fundada en el miedo.

Recuerdo unas viñetas de Quino, en las que un hombre sube truculentas escaleras y al final llega a un lugar que es como una torre, mas niet, es diferente, no lleva más que a un vacío.

Así la veo a esta mujer, vestida de negro, perdida en el laberinto
de su mansión, de pronto mirando
un croquis guardado en su bolsillo para orientarse y no perderse definitavemente entre espìritus desconcertados que vagan en esa enorme bruma.


Gran salute Aura.

Higronauta dijo...

Deliciosa representación arquitectónica de la cabeza de esta mujer... Ahora bien, me gustaría saber cuantos criados murieron en la citada mansión por no saber salir de alguna de sus 150 habitaciones sin puertas o sin suelos...
Por cierto, que se casara con don Rifle y éste muriera al cabo de poco, pinta sospechoso, sospechoso...

Anónimo dijo...

Qué historia! Me encanta. Dan ganas de volver a leerse los grandes clásico sobre casas embrujadas de Matheson y Jean Ray: "La leyenda de la Mansión del Infierno" y "Maupertuis".


Un saludo, aura.

miultimodia dijo...

Recuerdo haber leído esta historia en un libro de Paul Auster, no se si era Leviatan...

La verdad es que no me importaría pasar un par de noches en esa casa :)

noemi guzik glantz dijo...

Espero de todo corazón que haya planeado muy bien la cripta donde finalmente fué enterrada, por que si no... al final... tu sabes... tal vez... (¡ay!)

Dr.Benway dijo...

Seguro que la licencia de obra se la dio Roca.

O su tatarabuelo

Anónimo dijo...

Lo importante es que los espíritus estén cómodos en la mansión

kuroi yume dijo...

Stephen King utilizó esta historia como base para Rose Red, en la que unos investigadores se juntan para pasar un tiempo en una mansión similar.

Es una miniserie para la tele, y bla, bla, bla... así que es recomendable y aborrecible a partes iguales.

Cristian Porres dijo...

Resulta evidente que los espiritistas que asesoraron a la viuda Winchester, tenian un pacto secreto con el sindicato de la construcción. Imagínese, cuarenta años de sueldos y facturas de material de construcción…
Una ingeniosa manera de sacarle los cuartos a una pudiente víctima de la superstición y la superchería.

De todos modos, no deja de ser una apasionante historia como las que nos tiene acostumbrados.

Loredana Braghetto dijo...

harán el aseo?

Anónimo dijo...

me despido, querida. un beso enorme, la echare de menos, como siempre :)