Desde el periplo a pié hasta el Camí de Ronda vemos la espléndida y azul playa, -soberbia en los días claros-, con sus calas. Durante la guerra civil se construyeron en esas rocas feos búnkers.
Si tomamos el Camí de Ronda un buen trecho de camino abrupto nos lleva a las calas, el trayecto está lleno de cuestas sin alisar, con muchos pedruscos y raíces de pinos, y con un inmenso precipicio con tramos muy peligrosos por estrechos.
El difícil camino se intentó vallar hace muchos años con una gran baranda de madera, pero la madera de la obsoleta estructura se pudrió, así que mas recientemente se trató de apuntalar las vallas con postes metálicos y con cable alambrado. Un efecto muy inarmónico con el paisaje natural. Incluso los sueños son imperfectos.
Llegamos al primer punto de interés: La encrucijada de caminos. Hay un camino para continuar el camino, otro para salir de él, otro para acceder a la primera cala, otro para acceder a los hoteles y a los apartamentos de lujo de la montaña superior, y un quinto camino para visitar el castillo románico situado en el plano superior.
Pero yo deseo seguir andando por el Camino de Ronda. El siguiente punto de interés es un puente-túnel de madera y piedra. Si cruzas por el quedas cubierto por las motas de polvo que flotan en el aire. Desde allí se puede contemplar la privilegiada terraza de estilo románico propiedad de un millonario.
El tercer punto de interés es un estrecho caminito con tres peldaños de escalera de ladrillos al iniciar el trayecto con otros tres al final del mismo. Contornos angulosos, oblicuos, de volumen irregular, largos y estrechos, escalones gastados,-algo malsanos-; El arquitecto puso también ahí unos incómodos bancos de piedra para sentarse, no hay un efecto plástico cuando lo ornamental deriva hacia la búsqueda del confort. Muere lo natural. Unos escalones o una cuesta empinada lo mismo impiden al viajero evolucionar por estos tramos con naturalidad como permiten un dinamismo desencajado que se desarrolla por un instinto de supervivencia ante un medio hostil. El castillo de Torre Valentina, que se alza majestuoso sobre mí como si se tratara del castillo en las nubes del cuento infantil "Juan y las habichuelas mágicas", parece contemplarme con desdén.
Hay que caminar muy pegado al muro de piedra, asimismo, hay que esquivar los árboles que entorpecen el trayecto atravesando el muro de piedra y creciendo caprichosamente en horizontal, comprimidos, ahogados, impidiendo a los cuerpos humanos que traten de acceder por allí desarrollar naturalmente su andadura, obligándoles a inclinarse, a curvarse bruscamente, a desempeñar gestos entrecortados que dibujan curvas o diagonales extravagantes. Ésos árboles que salen de los muros de piedra son como esqueletos saliendo de sus tumbas.
Final de trayecto y un cuarto punto que despierta mi interés: Una cala solitaria, gran superficie de roca plana con una gran pendiente hacia abajo, muy empinada y que desemboca en el mar cruzada por unos grandes raíles, -utilizados para botar los yates de los millonarios-. Durante los años treinta del siglo XX muchos V.I.P.´s británicos se instalaron permanentemente en esta zona buscando quizá una réplica soleada a las costas de Cornuailles y Saint Maló.
En un gran acuario seres humanos nadan como si fueran delfines y sirenas, me observan divertidos. Son millonarios sumergiéndose en la piscina de un suntuoso y exclusivo hotel, buceando hasta un inmenso ventanal de cristal abierto en medio de un muro de piedra románico.
Nuevamente una imagen naturalista con la suficiente fuerte presencia de mar Mediterráneo se ve entorpecida por la excentricidad y la ociosidad de unos privilegiados que depredando inconscientemente el hábitat natural, han construido monstruosidades superfluas, poniendo vados para evitar que las personas sencillas disfruten de la naturaleza salvaje centrando toda la atención en los paraísos artificiales.
Al lado de este desvarío de ricos está la entrada sellada de una oscura y lúgubre mazmorra romana.
2 comentarios:
qué textos más bonito. Como geografo, estas descripciones me encantan: es un gran trabajo de geografia humanista. Tambien me trae buenos recuerdos, ya que pase algunos veranos de mi infancia (y algun que otro sabado de invierno) en el cercano municipio de Begur. Podiamos hacer una excursión y rematarla con una cantada d'havaneres y un bon cremat de rom! ;)
What a nice place! Congratulations and sorry for only speaking french and english! Cheers from Paris!
Publicar un comentario