Hay un suelo ajedrezado al otro lado. Y en medio del salón un pozo esculpido custodiado por un león dormido. Alza la cola arrastrando una capa esponjosa de polvo. Y su pelaje se eriza ensortijado al probar el sabor del nuevo aire que se cuela por la puerta entreabierta.
Nadie me dice que hay que hacer. Reconozco los pasillos y les tiendo la mano. Subo corriendo aquellas escaleras endiabladas que tanto engañan. Otra vez me llevan a una ventana tapiada. Su rostro es demasiado opaco para intentar penetrarlo. Se derrite en regueros herrumbrosos… salivas que florecen en la comisura del alfeizar.
Un dedo alzado me muestra el sueño verde, resiguiendo la textura grumosa del tapiz. Esas bestias equinas y los rododendros… Aquí todos nos perseguimos, de forma involuntaria, al arrastrar cuerpos y volúmenes al desplazarnos. Porque la casa se mueve con nosotros, a veces incluso se contorsiona y grita. Y sonreímos. Con ese asomo de risa que nos hace culpables de su solemnidad.
Había tanto que descubrir aquí dentro. Y mírame. Me he descalzado y me he puesto a hacer dibujos en el suelo barriendo el suelo con el pie. Absorta en el dibujo que corretea en mis ropas. Por mucho que me hagan señales desde los jirones lastimeros no estoy aquí. Y tal vez no estoy porque siempre he estado aquí, y estaré siempre, palpitando entre capas de cal, tiritando en los desconchones de la pintura. En el recipiente de cristal que arde en el fuego de la caldera. En las torres puntiagudas.
Si se abre el suelo será consecuencia de mi pestañeo. Y si me acicalo entre escombros verás mi cabellera brillar en los tallos que se cuelan por las rendijas. Yazgo en el fondo de la fuentecilla del jardín, extendiendo mis dedos bajo los cimientos de las antiguas piedras. Absorbo la carcoma y bebo de las aguas más turbias, porque en mí no existen. Se deslizan en el interior de mi ser aniquilando su fantasía, creciendo de nuevo, como buenas nuevas. No es lo que tus ojos ven. Es un decorado francamente distinto al que crees imaginar. Mientras persigues los rayos de luz la visión se descompone, se aniquila.
Hay un telón. Te lo muestro. Pero te has detenido a recoger algunas piedras, que guardas con avidez en los bolsillos. Yo anochezco. Y guardo para horas más amables estos avisos.
20 comentarios:
OT: donde te metes?
Vaya caserón, si no han rodado ahí deberían hacerlo ya... Ruleta fantasmal, ecos del pasado, hagan juego señores, hagan juego.
La caída de la casa Usher
¿ESA casa de l'Arrabasada está abandonada?? Habrá que hacer una visita cultural...
Oh.. que ese lugar no sea mi casa es una prueba más de que no existe ningún dios justo.
Este texto es un manifiesto estético: esencia de Aura.
Además me recuerda que existe esa palabra insuperable: rododendros, en una frase extraña: "Esas bestias equinas y los rododendros"
Es un poco como la casa abandonada de "Rojo oscuro", ¿no?
Llego aquí dando una rocombolesca voltereta desde Ciudadano Kane y me encuentro un blog de lo más interesante. Hermosas fotos. Volveré.
¿O era rocambolesca?
conozco una casa muy parecida a esa, incluso un castillo...
...umh!..., buen golpe de alambique,
.., umh! con un ligero y sutil perfume a biblias quemadas, quizás lo tomó del propio fuego..
OT: Sigo preguntandome donde te metes...
¡Cuando vuelvas cuentanos que tal fue la abducción!
Hola de nuevo Aura, tras un tiempo desconectado de la blogosfera compruebo que cada vez escribes mejor :)
Mmmmmmmmmm! supongo que estarás de vacaciones ¿no? Ya estaremos. besos.
Hola. Te escribo porque estoy buscando en internet algún libro de La Bella y La Bestia, y visitando varios sitios encontré en tu blog un posteo de abril del 2007 sobre un libro de Jean Cocteau.
Te comento que el libro lo quiero para mi novia, para regalárselo por motivo de nuestro aniversario de once meces. Y como es a ella a quien le gusta y quien entiende de la historia, no quisiera regalarle un libro equivocado. Por lo cual me tomo el atrevimiento de preguntarte si es que podes y querés responderme, de que se trata el libro. Si es la historia misma de La Bella y la Bestia, o trata de cómo fue escrito, o de lo que trate.
No encontré a otra persona a quien preguntar, y es muy importante para mí saberlo, ya que a Valeria, mi novia, le encanta la esta historia.
En caso de que me puedas responder, te dejo mi mail: sergiofcamejo@yahoo.com.ar
Desde ya muchísimas gracias.
Saludos desde Buenos Aires, Sergio
P.D.: Es la segunda vez que te escribo por lo mismo. La primera no sé si se borro o nunca se registro el comentario. Pero por las dudas que lo veas escrito dos veces distintas (ya que la anterior no lo guarde al momento de cerrar la página), las dos fui yo.
A tener cuidado de las telarañas, que a veces causan alergias, niña :)
¿Estás?
Esto comienza a ser extraño. ¿Dónde estás, Aura?
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