lunes, febrero 16, 2009

¿Hay Música en los Sueños?


Descubro la timidez que aún puede serme arrancada. Un vestigio de un no sé qué desconocido que me pone en contacto con esa parte de mí que ignoro. La misma inexactitud e instinto que hace resucitar a los personajes cinematográficos en las escaleras.

El pudor me desconcierta y tranquiliza al mismo tiempo, y me retiene el tiempo justo en el exterior. Ese lugar imaginario en el que no sé como pervivo.

Las horas nocturnas en vigilia me llevan a experimentar "sueños despiertos", actividades dirigidas a controlar mis delirios, pero sólo a medias lo consigo. Sé que anteayer me encontré sobrecogida sumergiéndome en los mecanismos del sueño contemplando unos pájaros. Y no eran los pájaros, ni los sonidos que emitían, ni la pesadez estudiada con que movían las alas. Fue un reflejo en la luz fluorescente sobre las baldosas azules, o un agujero cubierto de humedades no catalogadas. Un momento de indecisión y de nublada incertidumbre que los rubores después borraron.

No tomo asiento entre las criaturas míticas, ni siquiera entre los espectadores que se creen verdugos, ni estoy en el celuloide ni con la cerámica azul. Me escapo de mi función, y por tanto, la sensación se hace dueña, y el acto se disuelve.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre hay un rincon de nosotros que permanece virginal, no?

Nicho dijo...

Un sueño despierto o un sueño dirigido... pero a veces acaba escapándose hacia no se sabe dónde.

Gracias igualmente, Aura.

JON M ALTUNA dijo...

Uf! Hoy no te he entendido, pero creo que estoy un poco espeso. O tal vez será que los hombres no podemos... en fin, dejémoslo. Besos para ti, en vigilia o en Morfeo.