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1. L’Odi social. Que Pagui Pujol.

Acabo este repaso a mis singles favoritos con un pequeño clásico. Me remonto una vez más a mi adolescencia, cuando poco a poco empezaba a descubrir que era lo que me gustaba y por qué. En este caso lo tenía bastante claro: melodías ultrarrápidas, directas al grano y que ofrecían una visión de la desidia y el aburrimiento que te rodeaba. Los grupos de hardcore como L’Odi Social ofrecían una visión mucho más vitalista que los también favoritos grupos punkis que solía escuchar. Letras con un cierto tono de abstracción, y sobre todo mucha mala baba y mucha velocidad, como si se hiciera de otra manera el mensaje fuera a caer en saco roto. Deudores de toda la escuela americana (ya saben: Bad Brains, Circle Jerks, Black Flag…) esto era lo que nos solía llegar a los adolescentes del extrarradio: su versión local. En Barcelona y alrededores siempre ha habido una gran tradición hardcore y punk. Y aunque a mí me pilló quizá el final de una época, recuerdo un tiempo en que cada fin de semana había un festival punki, o un concierto en una casa okupa, o lo que fuera. Muchos nombres legendarios dieron los ochenta, y si en Estados Unidos siempre se vanaglorian de haber tenido a gente como Kiss o Black Flag, nombres siempre citados como bandas influyentes y de culto, pues aquí teníamos a estos, o a Subterranean Kids, o a RIP, o a Kortatu…grupos que han marcado a toda una generación. Una generación de punkis de instituto. El triunfo del entusiasmo sobre el virtuosismo, la generación del Hazlo Tú Mismo, que lamentablemente no ha tenido un relevo, o si lo ha tenido ha mutado en una forma totalmente underground y casi desconocida por mi: pienso en aquellos conciertos organizados en el Rock and Trini, con Omega 5 o Zeidun como cabezas visibles, o en los más cercanos Cap Sembrat con los, ejem, Qa’a por ahí…

Siempre me ha dado buen rollo recordar una tonadilla como la que les presento, porque una vez más ¿cuantas veces me repito? me trae muchos recuerdos, y desde luego (Aura se lo podrá confirmar) son grupos que me siguen gustando, de hecho sigo a la caza del incunable punk, del nugget hardcore, de la joyita heavy, porque se decía heavy, no metal. En definitiva, parte de mi vida, y del imaginario pop colectivo: una pieza más del rompecabezas. Una de esas cosas que como diría Lostdriver, molan de la vida.

Y ya está, espero que les guste la canción de hoy, y que hayan disfrutado de esta serie sobre disquitos. O por lo menos les haya hecho sonreír. Pronto volveré con algo ligeramente diferente.

Saludos

Fran le Kinky