lunes, agosto 02, 2010

And So Died Riabouchinska (1956)


Este episodio de “Alfred Hitchcok Presenta”, basado en un relato de Ray Bradbury, es una muestra magnífica sobre las posibilidades dramáticas de las historias sobre ‘dummys’. “Y así murió Riabouchinska” desarrolla en sus 25 minutos de rigor, el nacimiento y ocaso de una criatura animada, tomando el mito de Pigmalión como punto de partida y transformándolo en una historia de amor de hálitos románticos.


En un decorado de vodevil se desencadena la tragedia amorosa, cuya pareja protagonista es un amante a lo “Werther” y una muñeca deliciosamente vestida, gemela de la amada desaparecida. Si algo nos demuestran las series de TV mejor que la gran pantalla con respecto a los muñecos, por ejemplo, en las deliciosas incursiones en el tema de La Dimensión Desconocida: “Caesar and Me” o “The Dummy” es en primer lugar que ellos son los que mandan y en segundo lugar que la explicación fantástica es posible, y aún más, que habitualmente es la correcta.
La singularidad del capítulo ideado por el genio del suspense es una trama repleta de guiños, pistas y chistes a costa del mundo de la farándula y de la fiebre por el dinero, pero el foco se aparta de las bambalinas, acercándose a las locuras del artista y a su poder visionario, dirigiéndonos al epicentro del pathos de Fabian y sus obsesiones hacia el receptáculo de su pasión. Y como en multitud de ocasiones nos ha señalado el medio artístico, el asesino es el artista, es el corazón, frente a su entorno mezquino, incluyendo al antihéroe que ejecuta el detective Krovitch (un jovencísimo Charles Bronson). No es raro, por tanto, que no nos despeguemos de Fabian, y que seamos incapaces de apartar los ojos de su presencia acaparadora ni de su partenaire en el escenario, cuyas acciones fatales nos mueven a la compasión y al espanto, siguiendo la estela de la tragedia griega.


Estamos acostumbrados a los muñecos diabólicos, a la maldición que pesa sobre sus miembros articulados, pero en pocas ocasiones encontraremos como aquí, a una muñeca-dama con espíritu de aristócrata rusa, suplente de mujer y con la facultad de morir cuando deja de amar a quien le ha dado vida.

6 comentarios:

anarkasis dijo...

podía dejar el enlace al torret pabajáselo, digo..???
pliss???
quesque me trae usted por el camino de la amargura rebuscando

Es gracia que espera merecer de su recto proceder a quien dios envidie su fermosura muchos años

Aura dijo...

A ver si se sirve este enlace:

Alfred.Hitchcock.Presents.S01E20.And so died Riabouchinska.DVDRip.English.Xvid-mp3.avi
Alfred.Hitchcock.Presents.S01E20.And so died Riabouchinska.English.Spanish.rar

Si no, puede verlo en YouTube :)

Un abrazo.

Ezra dijo...

Es muy tentadora su reseña, en cuanto pueda descargaré el episodio. Pero, si de muñecas se trata, aunque se ve hermosa la muñeca-dama con espíritu de aristócrata rusa, prefiero aguardar unos siglos a que se ponga a la venta el modelo Nexus-6 de Tyrell. Un abrazo.

Vania dijo...

hola que tal! permítame felicitarlo por su excelente blog, me encantaría tenerlo en mis blogs de entretenimiento (animes,peliculas,etc ).Estoy segura que su blog sería de mucho interés para mis visitantes !.Si puede sírvase a contactarme ariadna143@gmail.com

saludos

Möbius el Crononauta dijo...

Ah, esos viejos muñecos con vida propia...

Abuelo Igor dijo...

Otro ejemplo grandioso de muñecos de ventrílocuo lo podemos encontrar en otro episodio de la serie de Hitch: "El ojo de cristal". A medida que lo vas viendo crees que va a ser una cursilada, pero te imaginas al inocente público de los años 50 viendo aquella escena final y te das cuenta de que el orondo británico puso su granito de arena para traumatizar a los optimistas americanos de la época. Y no pongo enlace ninguno, que ya parece que todo lo que no sea hacer clic en un link es partirse la espalda de esfuerzo.