lunes, noviembre 19, 2007

La Corona Negra (1951)

Con esta frase de Jean Cocteau en los títulos de crédito se inicia esta película del realizador argentino Luis de Saslavsky, apuntando un par de ideas. En primer lugar, la presencia de Cocteau, quien escribió la historia adaptando una obra de Charles de Peyret-Chappuis (por cierto, Saslavsky contó también con la colaboración de Miguel Mihura para traducir los diálogos al castellano). Por otro lado, la introducción de las aves como leitmotiv de la obra: las aves carroñeras, pero también las palomas, que convergen ambas en la figura enigmática de la mujer de negro, María Félix o “María Bonita” como era también conocida la estrella mexicana.


La Corona Negra” es un drama basado en un misterio, y como tal, se inicia sumiendo al espectador en el desconcierto: imágenes de las dunas de un desierto, el rostro de María Félix (Mara) recortado contra el cielo, manos que surgen de la arena implorando a la protagonista… Todo un paisaje surrealista que se va a ir repitiendo a lo largo de la película en escenas de flashbacks o visiones oníricas.

La viuda negra… “esa mujer trae la muerte” dicen las cartas de la adivina, un cementerio, un crimen... Ideas esbozadas que vamos descubriendo al mismo tiempo que Mara, que padece amnesia y anda perdida por las calles de Tánger. Sus ojos extraviados buscan el olvido, la evasión de su propia identidad. Y el destino y sus aliados le tienden trampas por doquier.

La corona negra” desprende el perfume de Cocteau en cada escena: sus símbolos inmediatos, el baile con la muerte, cierta superstición romántica, y un exotismo de bambalinas. Los personajes son esculturas poseídas por pasiones impetuosas, los escenarios protagonistas de la tragedia y cada detalle se borda en espiral para acabar formando la efigie de la muerte. Como en las obras de Tennessee Williams se podría hablar de un gótico sentimental en toda creación tocada por la mano del mago francés.

La Corona Negra no es sólo el dedo que señala la carne que acaba de sucumbir, sino que es también el presagio de que la muerte anda cerca.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

jolines...que fotografia mas buena1
Veo que no le han devuelto todavia el papagayo!

Higronauta dijo...

Dígame una cosa: ¿todas las escenas irradian esa belleza que nos muestra usted en sus capturas? Tiene pinta esto que Cocteau hizo algo más que escribir la adaptación, a la usanza del trabajo de Welles en el Tercer Hombre...

Aura dijo...

La verdad don Higro es que la película es de una belleza deslumbrante, y la mano de Cocteau se aparece cada dos por tres.
Debe ser por eso que esta película me maravilla tanto. Si intervino más de lo que se dice es algo que ignoro, por eso.

Ivan dijo...

Mmmm...fantástica e interesantísima propuesta, Cocteau siempre fascina, pero no he visto parte de su filmografía, y esta es de las que no he podido ver aún, la veré muy pronto a ver que tal.
Gran reseña.
Saludos

Anónimo dijo...

Sus gustos cinematográficos son exquisitos

Nicho dijo...

Lo de "gótico sentimental" es todo un hallazgo.
La manos agónicas plantadas en el desierto, otro.

La imagen será surrealista, pero puede que muy verdadera: huir de la propia identidad, para sumergirse en la arena de la muerte.

kuroi yume dijo...

Un excelente recomendación, como siempre.

c dijo...

Usted fue quien me contagió con el virus de Cocteau y cada nuevo descubrimiento es una alegría. Gracias.

Enrique Ortiz dijo...

Gótico sentimental, cómo me gusta eso, Aura. Un beso.

elpablo dijo...

qué guapa era maría felix, por amor de dios!

El canibalibro dijo...

No conocíamos la película. Admiramos a Jean Cocteau, así que que habrá que verla. Un saludo del Canibalibro.

Anónimo dijo...

Cuando leí gótico sentimental
por asociación pensé en la banda Lacrimosa.
La lectura del post y las fotografías armonizan: uno concluye la lectura invocándose para buscar este singular film. La muerte sombreada o la muerte sombra tocando a le hermosísima Mara.

Un gran salute, Aura.

Dr. Hichcock dijo...

Le tengo muchas ganas, pero todavía la tengo en pendientes. A ver si puedo solucionarlo pronto.

incredibly dijo...

Quizás os interese saber que el ayudante de Saslavsky, Enrique Cahen, haría otras dos joyas bizarras del protofantástico hispano, Susana y yo (sobre una pareja que intercambian personalidades y cuerpos anticipándose a Freaky Friday y demás comedias transmigratorias) y Carlota, una especie de Repulsión avant la lettre con una alucinante Ana Mariscal...
Aprovecho para convidar a los amantes de lo bizarro (ante todo literario pero todos los caminos llevan allí) a mis blogs
www.incrediblystrangebooks.blogspot.com
y (plurilingue)
www.freaklit.blogspot.com

Juan Fco. Arroyo dijo...

He visto esta película solo una vez, hace ya varios años,
y si, la película es enigmática y fascinante tal como la belleza de María.