¿Puede el inicio de una carcajada abrupta, infantil casi (diría inofensiva), convertirse en reverso del horror?
Tal vez sí en una producción alemana desteñida de los sesenta, aunque ni la carcajada consigue serlo, ni tampoco el horror. Pero, ¿qué importa? Habrá un castillo lleno de trampas, y un conde torturador capaz de reaparecer en las vigilias de los más pequeños, incluso la aurora que borra con su estela las horas más sangrientas. Y para las Auras del mundo habrá excesos visuales turbulentos e imágenes extravagantes que se congelarán en hallazgos preciosos.
Léase “Die Schlangengrube und das Pendel”, “The Torture Chamber of Dr. Sadism” o “The Blood Demon”, nos encontramos con otra versión de “El Pozo Y el Péndulo”, pero esta vez para centrarse, si es que lo consigue, en el artificio de
Quizás es el fragmento nocturno en el bosque el que más carga sombría comprende, al convertir la carroza en una marcha fúnebre, con seres desmembrados colgando de los árboles y filtros verde azulados inquietando el ambiente. Pero el mito lo consigue Christopher Lee, desvelando un nuevo demonio que pasa a formar parte de nuestro personal bagaje, recreando el eterno monstruo que el inconsciente presiente en sus formas.
2 comentarios:
Sí sí, tortura, sangre y Mr Lee, perfecto cóctel para el sabado noche.
Gracias por el apunte
Saludos
Esa peli la vi yo en su momento en VHS, recuerdo que era una cosita serie B muy barata pero del todo fascinante, llena de imágenes delirantes. De Reinl también he visto algún "Krimi" de los de Edgar Wallace que no estaba mal.
Para hacer un buen programa doble con "Danza macabra" o "Los largos cabellos de la muerte" de Margheriti.
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