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Xavi Sans
Durante un tiempo, captó un espíritu. A decir verdad, ayudó a definir la contracultura americana de los últimos años sesenta. Se trataba de Robert Crumb, cuyos "cartoons" aparentemente indisciplinados, engañosamente sencillos, con sus vueltas y revueltas a menudo extravagantes, su lógica no lineal y sus asociaciones libres, confusas, irreales, afrontaban la experiencia de la droga y la sensibilidad "hippy".
Los comix "underground" de aquella época, con dibujos psicodélicos, (Moscoso); relatos graciosos sobre la droga, ("The Freak Brothers" de Shelton); prédicas ecológicas de aire agorero, ("Slow Death"); y la política revolucionaria de izquierdas ("Trashman" de Spain); ahora parecen irremediablemente anticuados e irrelevantes. Pero los comix de Crumb conservan una gran frescura, tal vez eran deliberadamente anacrónicos en su estilo, y por tanto intemporales ya en su momento. Pero cuando otros dibujantes "underground" y su obra llevan tiempo en el olvido, lo mejor de Robert Crumb sigue leyéndose.
Los comix "underground" de Crumb se burlaban del orden establecido, ridiculizaban cruelmente todo lo que oliera a deber o responsabilidad y subvertían todos los convencionalismos del sentido común y el pensamiento lógico. Su obra éra la anarquía en marcha, el absurdo convertido en militante. Robert Crumb parecía ser el "hippy de lo hippy".
Crumb nunca llegó a formar totalmente parte del movimiento que le proclamó su portavoz. "Nunca me sentí realmente parte de ello", dijo a un entrevistador: "Era como una espécie de reportero procedente de otro planeta".
A veces sus sátiras contra las pretensiones de la contracultura eran más duras que sus denuncias de la opresión de la cultura prioritaria; en otras ocasiones demostraba ser muy consciente de ciertos hechos de la vida que los "hippies" preferían olvidar; (como hizo en un cartel en el que se veía a uno de sus personajes mas famosos, "Mr. Natural", montado en un tractor con el que araba un campo; en el texto del dibujo rezaba: "¡Así ha sido siempre!").
Aunque carecía de formación y, en general, era autodidacta, y aunque abandonó un estilo más moderno y más sofisticado por otro que resucitaba deliberadamente el enfoque arcaico de los "cartoons" de los años treinta, el estilo superficialmente ingenuo de Crumb era el vehículo de un ojo penetrante que observaba a la naturaleza humana, de un oído asombrosamente perceptivo que sabía captar la forma en que la gente realmente habla, de un don para los giros verbales, y de un provocativo y endurecido sentido común; con una mirada decididamente nihilista del mundo que le rodeaba.
Nunca se desvivió por complacer a su público, nunca aceptó un compromiso para alcanzar el éxito comercial; sencillamente "íba a la suya"; y trata de seguir haciéndolo, pese a que el desfile de los años ha pasado por su lado sin detenerse.
Robert Crumb nació el 30 de agosto de 1.943 en Filadelfia, Pennsylvania, en el seno de una familia de la baja clase media.
Como su padre éra oficial de carrera de la infantería de marina, la familia Crumb se trasladaba frecuentemente de una ciudad a otra, siguiendo al padre en sus destinos sucesivos. Crumb y tres de sus cuatro hermanos y hermanas se pasaron la infancia dibujando, principalmente animales graciosos, influenciados por los dibujos animados y los comic-books de la época. A los siete años de edad Crumb ya dibujaba las aventuras de personajes como "Diffy the Mouse" y "Brombo the Panda".
Crumb ha calificado de insatisfactorios sus años en la escuela superior:
"Me rechazaban mis iguales, ¿sabes?...; era una de esas personas socialmente rechazadas...; Yo trataba de competir, de entrar allí y hacer lo que tenías que hacer para ser un adolescente típico, y sencillamente fracasé de forma lamentable. Como era un ser despreciable, nadie simpatizaba conmigo. Experimentaba una horrible, dolorosa sensación de rechazo. Hubo un período de diez años durante el cual me sentí ferozmente alienado del mundo. Es probable que de no haber sido así, nunca me hubiera metido tan de lleno en el mundo de los cómics".
Crumb se pasaba el día dibujando e incluso produjo una revista ("Foo") con su hermano en 1.958. Faltaban aún varios años para que los aficionados americanos a los comics formasen un cuerpo organizado o sindicato, por lo que los hermanos Crumb no tenían donde vender su revista salvo yendo de puerta en puerta, con resultados catastróficos.
Tras graduarse en la escuela superior, Crumb se pasó un año en casa, luego se trasladó a Cleveland, Ohio, y en 1.962 consiguió un empleo en una compañía de postales de felicitación. Si bien su asociación con esta compañía duraría hasta 1.967, tanto en plantilla como dibujando en casa y enviando sus trabajos por correo, Crumb empleaba su tiempo libre en dibujar comics.
"Dibujaba comics por la misma razón de siempre", recordaría más adelante: "Para no tener que tratar con otras personas".
También afirmó que su permanencia en la compañía de postales influyó en su estilo, empujandolo hacia lo atractivo.
En 1.964 Crumb se trasladó a Atlantic City, New Jersey, donde ganaba dinero retratando a turistas en la playa; y luego a Nueva York, donde realizó una serie de dibujos de Harlem que aparecerían en "Help!", la efímera revista humorística de Harvey Kurzman. Se casó con una muchacha que había conocido en Cleveland y en octubre la pareja emprendió una gira de seis meses por Europa. Sus dibujos de la vida en Bulgaria se publicarían más adelante en "Help!".
Hasta entonces el estilo de los "cartoons" de Crumb era contemporaneo, sobrio y ligeramente abstracto, dibujado libremente con trazos finos, muy parecido al de otros muchos dibujantes que trabajaban con pluma y tinta. A mediados de 1965 su estilo cambió drásticamente. El propio Crumb atribuye el cambio al hecho de que empezó a tomar ácido (LSD) en junio de aquel año:
"Eso me volvió la cabeza en redondo. Hizo que dejase de tomarme mi trabajo tan en serio y me mostró una faceta totalmente distinta de mí mismo".
Sin embargo, el cuñado de Crumb dice que el cambio de estilo tuvo lugar en el otoño de 1.965, momento en que Crumb quedó impresionado al ver unos comic-books de los años cuarenta y comenzó a imitar su estilo. Posteriormente muchos críticos afirmarían ver en su trabajo trazas de todo un ejercito de "cartoonists" anteriores, entre los que se cuentan Billy DeBeck, Elzie C. Segar ("Popeye the sailor"); Basil Wolveron, Carl Barks y Walt Kelly.
Pero tanto si la influencia fué del LSD, de los comic-books antiguos o de los comics para la prensa todavía mas antiguos, como los de George Herriman ("Krazy Kat & Ignatz the mouse"); lo cierto és que el estilo que Crumb haría famoso al cabo de poco tiempo ya estaba firmemente definido.
De vuelta a los Estados Unidos, Crumb anduvo sin rumbo fijo de ciudad en ciudad y finalmente llegó a San Francisco a principios de 1.967, a tiempo para ver con sus propios ojos el gran auge del movimiento "hippy", que tenía aquella ciudad como templo, y que causó sensación en todos los medios de comunicación del país. Era la época del "Flower Power", del "haz el amor y no la guerra", del "sintoniza, flípate y margínate", del "no pises la hierba, ... ¡fúmatela!", de las drogas psicodélicas y el rock ácido, de los "love-ins", (reuniones donde los asistentes celebraban o expresaban el amor libremente), y del "verano del amor"...; la época en que la imaginación de la joven América quedó embelesada por la visión de dejarse el pelo largo, de llevar sandalias y abalorios orientales, de tomar drogas y copular cuando le apeteciera, de decir no a una guerra impopular y a todo el sistema político y económico en el que sus padres incomprensivos se encontraban atrapados, de la pretensión de establecer un nuevo orden social basado en el amor y en el compartirlo todo. Crumb, el eterno inadaptado, se encontró en medio de todo esto, pero sin formar parte de ello: no había ído a San Francisco "con una flor en los cabellos",-como decía una canción popular de la época-.
Desde hacía algún tiempo el trabajo de Crumb aparecía en periodicos "underground" como el "East Village Other" de Nueva York y el "Yarrowstalks" de Filadelfia. El editor del "Yarrowstalks" encargó todo un comic-book de dibujos y relatos de Crumb, pero luego desapareció llevándose el material consigo. Por suerte Crumb conservaba una fotocopia de su trabajo, como el número 0 de "Zap".
En noviembre ultimó el material para el número 1 de "Zap" e hizo gestiones para que fuese publicado localmente por un par de amigos, Don Donahue y Charlie Plymell. Este último era propietario de una imprenta y Donahue pagó la impresión de los primeros cinco mil ejemplares del número 1 de "Zap" cambiandosela a Plymell por un magnetófono. Con la publicación de "Zap" la carrera de Crumb y, de hecho, todo el movimiento de los comix "underground" iniciaron su marcha... Aunque al principio Crumb y su muy embarazada esposa tuvieran que vender los ejemplares de la revista, que llevaban en un cochecito de bebé, a los transeúntes de las calles de San Francisco. Durante los años siguientes Crumb produjo un enorme volumen de trabajo, principalmente para los circuítos "underground". Parte de este material fué reeditado por la prensa afín a éste movimiento contracultural, por ejemplo en "R. Crumb´s Head Comix" (1.968), un álbum de 64 páginas y gran formato publicado por la Viking Press, donde atrajo la atención del público ajeno a la contracultura. A proposito, la edición Viking de "Head Comix" censuró una de las viñetas de Crumb añadiendo una cinta estrategicamente dibujada sobre lo que antes era una vagina que silbaba, pero cuando Ballantine Books reimprimió el volumen en 1.970 la viñeta apareció en su forma original.
La creciente popularidad de Crumb le hizo recibir ofertas de trabajo del "establishment" (nombre que la contracultura daba a la sociedad capitalista en general). Aceptó dos de ellas. Una éra la carpeta de un disco para la Columbia Records: "Cheap Thills", interpretado por un grupo de rock llamado "Big Brother and the Holding Company", (al que hoy se recuerda principalmente porque Janis Joplin formaba parte del mismo). El otro encargo consistía en un volumen de relatos sobre un personaje que ya había aparecido en 1.969 en la editorial Ballantine: "El gato Fritz".
Lo sorprendente de "Fritz the cat" es que, si bien este gato paria, antisocial, irresponsable, permanentemente cachondo, xenófobo, racista, machista y estafador, se convertiría en la más famosa de las creaciones de Crumb, era tambien un personaje que Crumb acabó detestando. (Tal vez porque tenía algo de autobiográfico, ya que Fritz, como Crumb, trataba de involucrarse en todos los movimientos socio-culturales y políticos de los 60 sin lograr integrarse en ninguno). Había dibujado sus aventuras entre 1.960 y 1.965 en su estilo pre-LSD, tras lo cual habían permanecido olvidadas varios años en un cajón.
Uno de los relatos, "Fred, the Teenage Girl Pigeon" , fué publicado en "Help!" en 1.965, aunque a Fritz no se le identificaba de nombre. En el relato un astro felino del rock (Fritz), es perseguido por la "groupie" (Fred) hasta que él se la lleva a su habitación de hotel. Pero en lugar de copular con ella, como haría un astro humano del rock con una de sus seguidoras, se la come. El es un gato y ella una paloma, después de todo. Se trata de un comentario bastante inquietante sobre los convencionalismos de los comics protagonizados por animales humanizados que no se comportan como los animales que se supone que son. Lo significativo de "Fred" és que el relato se narra por medio de una estructura humorística convencional que Crumb abandonaría, en pro de una satira social más mordaz. Así en el nuevo "Fritz the Cat" los judíos son comadrejas, los nazis y los policías son cerdos, los negros son cuervos y los políticos son perros. Un ya artísticamente maduro Crumb rompe las fómulas tradicionales de narrar
"Fritz the No-Good", fué otro relato de Fritz dibujado por Crumb en 1.968, sin mucho interés y principalmente para completar la publicación correspondiente, pero la suerte quiso que Fritz alcanzara una popularidad considerable. Los productores de dibujos animados Steve Krantz y Ralph Bakshi propusieron a Crumb la cesión de derechos para la realización de una película protagonizada por Fritz. Así fué como "Fritz the Cat" llegó finalmente a los cines en 1.972. Fué la primer película de dibujos animados clasificada "X", (en América se clasifican como "X" principalmente las películas cuyo contenido sexual se juzga demasiado explícito para los menores de 18 años). El propio Crumb no había tenido nada que ver con la produción de la película y el resultado le desagradó tanto que exigió que su nombre fuese borrado de los créditos. Fuese o no fiel a la concepcción original de Crumb, la película fué un éxito de taquilla y, si bien hubo división de opiniones entre los críticos, en general las críticas fueron positivas. En su autorizada guía de las películas por televisión, el crítico Leonard Matlin calificó a "Fritz the Cat" de "imperfecta pero atractiva" e "imaginativamente concebida", concediéndole tres estrellas, (la puntuación máxima era de cuatro).
Crumb se sintió traicionado al ver lo que habían hecho con su creación. Despues del estreno de la película contraatacó en una publicación "underground" titulada "The People´s Comics" con el último relato de Fritz, que tardó mucho en publicarse. En las viñetas de éste episodio final, titulado: "Fritz the Cat in Hollywood" Fritz era presentado como un astro de la pantalla egoísta, cruel y neurótico que acababa asesinado con un punzón para romper el hielo por una amante, (una avestruz), a la que que había desdeñado y por ello sufría una fuerte depresión. Por desgracia para la tranquilidad de ánimo de Crumb, si bien el podía liquidar al personaje, el productor Krantz aún tenía en su poder los derechos para otra película. Pero "The Nine Lives of Fritz the Cat", que se estrenó en 1.974, fué un desastre tanto económico como artístico.
Puede que Crumb alcanzara cierto grado de fama y éxito con Fritz, pero su primer amor era el comix "underground", donde gozaba de libertad para escribir y dibujar lo que le apeteciera sin tener que pensar en consideraciones comerciales. Entre finales de los años sesnta y madiados de los setenta, de su subconsciente salió un torrente al parecer inagotable de singulares "cartoons".
"Todos nosotros..., todo el mundo (tenemos) la cabeza llena de cosas raras", explicó en una entrevista: "Antes me censuraba a mí mismo cuando dibujaba "cartoons". Pero ya no me censuro, eso es todo".
Escribió y dibujó comix enteros con títulos como "Big Ass", "Home Grown", "Despair" y "Uneeda". Uno de sus personajes más populares, "Mr. Natural", fué incluso objeto de dos revistas monográficas. Crumb también colaboró mucho en otras publicaciones "underground", aunque en el título que él había empezado, "Zap", parecieron otros dibujantes ya en el número 2, a la vez que la participación de Crumb, que éra la que más hacía vender la revista, fué disminuyendo a cada número.
En 1.972 sus comix se vendían a razón de unos diez mil ejemplares a través de "head shops", (comercios especializados en artículos para "hippies" y consumidores de marihuana), y en las librerías y quioscos más vanguardistas, y, a decir verdad, gracias a su trabajo subsistían dos editores modestos del "underground".
Crumb había abandonado San Francisco para instalarse en una granja californiana donde podía dibujar en paz, rechazando lucrativas ofertas de editores del "establishment". "Hacer comics. Es lo único que quiero hacer" ,dijo a un entrevistador: "No quiero ser un propagandista. No puedo. Lo que hago mejor es sencillamente expresar mi propia absurdidad personal o lo que sea. Solo me siento cómodo haciendo eso".
Al examinar la obra de Crumb, uno tal vez se sienta tentado de sacar la conclusión de que se quedó corto al hablar de su "absurdidad personal"; y de preguntarse
"¿Qué significa todo?", -como hacía Flakey Foont, el personaje eternamente angustiado creado por Crumb-, quizás habría que escoger la respuesta que diera su personaje "Mr. Natural": "D´ONT MEAN SHEEIT..." ("No significa una mierda", o "No me vengas con mierdas"); -grosero modismo americano que indica no sólo falta de significado, sino también un considerable grado de desprecio por la pregunta misma-.
Crumb, de modo parecido a su gurú barbudo "Mr. Natural", se muestra sucesivamente maniático, contradictorio, oscuro, -o incluso alegremente perverso-. Intentar analizar el posible significado subyacente de la obra de Crumb és como asesinar su obra, porque en ella todo es demasiado desorganizado y poco sistemático como para resistir un exámen lógico. No trata de comunicar ningún mensaje aparente, sino que a menudo lo único que hace es sacar su sentido del humor a dar un paseo. Crumb es reacio a seguir una línea de partido, dá rienda suelta y todo el mundo sucumbe bajo su plumilla:
Ha ofendido a las feministas presentando a las mujeres como objetos sexuales sin cerebro, a los judíos y a los negros por utilizar todos los arcaicos estereotipos raciales de los que se nutrían muchos "cartoonists", y a los lectores más politizados por satirizar tanto a la izquierda como a la derecha. Y todo el mundo, hombres y mujeres, de derechas o de izquierdas, negros y blancos, le han criticado por sus interminables presentaciones del sexo como algo desprovisto de amor, destructivo incluso. A pesar de ello, ningún otro "cartoonist" se ha expuesto tan inexorablemente a sí mismo en la página impresa. "Mi vida és un libro abierto... ¡hasta cierto punto!", escribió en una asombrosa muestra de introspección, "The Confesions of R. Crumb".
"Soy un fracasado, un imbécil y un bufón. Mis chistes no tienen gracia ¡y mi ego es una cosa repulsiva!".
Dificilmente encontraríamos otro "cartoonist" vivo que presentase a su propia madre haciéndole una felación, como Crumb hizo en "Confesions..."
Si hay que buscar un significado, puede que éste resida en el hecho de que Crumb no és un hombre especialmente culto. A decir de todos, fué un estudiate mediocre en la escuela superior, ya que prefería dibujar "cartoons"; y no fué a la universidad. Tampoco parece,- a juzgar por su obra-, que haya leído mucho. Su obra se vé informada por una ignorancia bruta y por la percepción de la vída que le rodea de manera inmediata, pero carece de una visión global y de la percepción de inquietudes intelectuales que pudieran darle una mayor enjudia. Crumb se interesa por algunas tendencias culturales como el jazz y la música popular de los años veinte y treinta, pero la ciencia, el arte y la historia se la soplan. En general, su obra se vé atrapada en una repetición interminable de niveles de percepción muy básicos: sexo, drogas, sexo, excrección y más sexo. Las opiniones políticas de Crumb, -si es que existen en alguna parte-, son una mezcla de sentimientos viscerales de la baja clase media y de la retórica radical de finales de los sesenta y del socialismo comunalista basado en "la vuelta a los orígenes", recogidos probablemente por haber vivido y trabajado en San Francisco cuando semejante punto de vista estaba de moda. En 1.974 dijo a un entrevistador que él, Crumb, éra partidario de un "socialismo práctico" que arrebataría las grandes industrias de manos privadas, pero añadió que "no vale la pena hacer una revolución si, una vez terminada, sigue habiendo represión".
A veces Crumb empuñaba la plumilla con una intención pretendidamente seria. Su obra "Jumping Jack Flash!" ha quedado como la visión escalofriante de una "familia" como la de Charles Manson; una familia de asesinos cultistas. La obra contiene una notable reproducción de la jerga cultista, aunque el efecto resulta muy perjudicado por un comentario muy cretino al final, indicando que: "los Charles Manson´s de este mundo son lo que son por culpa de mujeres simplonas que son lo bastante estupidas como para creerse sus delirios lunáticos de superioridad con respecto al hombre".
Otro trabajo poco serio fué una serie pensada inicialmente con la finalidad de ofrecer un servicio público donde advertiría sobre los peligros de las anfetaminas,- titulada "Los peligros de la velocidad"*-, que al contener apartados burlones y "gag´s" visuales de dudoso gusto puede que fuese más contraproducente que otra cosa.
*Juego de palabras bastante facilón: "Speed" en inglés literal significa: "velocidad", pero también se designa así a las: "anfetaminas"
Curiosamente, quizás la aportación más duradera de Crumb a la cultura americana popular sea algo que hizo como un "gag" eventual y que, inexplicablemente, cuajó incluso entre los americanos que nunca habían oído hablar de él. El entusiasmo de Crumb por la música antigua le llevó a descubrir un paso de baile de los años treinta que estaba practicamente olvidado, en el que se decía que los bailarines hacían el "truck".
Crumb dibujó un "cartoon" en el que se veía a un hombre con el pié marcadamente escorzado. Debajo del "cartoon" estaba escrito "Keep on trucking!" ("¡Seguid haciendo el truck!"). Apareció en el número 1 de "Zap" en 1.968. Otro "cartoon" con el mismo tema apareció como portada de una revista llamada "Nope" más o menos en la misma época, aunque era distinto el enfoque del pie grande y del motivo del "trucking".
Crumb dijo que nunca se propuso que el "Keep on trucking!" fuera algo más que un non sequitur que dibujó principalmente porque tuvo ganas de dibujarlo. El paso de baile original estaba olvidado, (hay una alusión a él en "Dumbo", la película de dibujos de Walt Disney de 1.941, cuando la escena de "el sueño de los elefantes rosados", diseñado por Salvador Dalí, que llamó poderosamente la atención de Crumb durante su infancia). El caso és que el motivo del pié grande y el lema cuajaron. Quizas en la misma absurdidad del "slogan" estaba su atracción. En inglés se llama "truck" a un vehiculo de motor destinado al transporte de carga, es decir, un camión, pero trambién a las camionetas y furgonetas se estaban haciendo populares para fines recreativos, además de comerciales. El "hippie" se compraba una furgoneta para huír a los bosques, o para el cazador dominguero que disponía de furgoneta "Keep on trucking!" era un lema alegre y una declaración de intenciones. (Aunque, personalmente, creo que se trataba de una trasnochada parábola social-política donde Crumb trata de denunciar la alienación de las masas advirtiendolas de que "todos marcamos el mismo paso, como los borregos"; asunto que fué interpretado de manera contraria a las intenciones de su autor).
De pronto el "Keep on trucking!" y variantes del pié grande aparecieron en camisetas, botones, vasos, chapas, carteles, fundas de neumáticos de recambio, guardabarros para camiones, toallas, cinturones de cuero, y casi todos los objetos imaginable; prácticamente ninguna de ellas autorizada por Crumb. Durante varios años Crumb disfrutó de unos ingresos ininterrumpidos a medida que su abogado iba demandando uno tras otro a los fabricantes de mercancía no autorizada... hasta que en 1.976 un juez dictaminó que "Keep on trucking!" y "Mr. Natural", (que también éra presa frecuente de piratas de los derechos de autor), pertenecían al dominio público. Se consideró que Crumb había perdido el derecho de propiedad porque supuestamente había permitido a uno de sus editores utilizar el lema en una targeta comercial sin la debida indicación del "copyright". Peor para Crumb fué el hecho de que nunca hubiese llevado bien las cuentas del dinero que obtenía con sus comix y con sus indemnizaciones legales, y de pronto se encontró con que debía al gobierno una enorme suma de dinero en concepto de impuestos atrasados justo en el mismo instante en que sus anteriores fuentes de ingresos empezaban a secarse. Tardó años en pagar los impuestos atrasados. Mientras tanto "Keep on trucking!" sigue siendo un lema popular en la América actual, aunque pocas personas conozcan su orígen.
En 1.971 aparece el álbum de 22 páginas "Whiteman Meets Big Foot", donde Whiteman, un característico burgés, se va de vacaciones con su familia a la selva; allí Whiteman será capturado por un peculiar ser selvático y entregado a una hembra Yeti, un encuentro con pronta expansión sexual que se prolongará durante semanas y que hará olvidar a Whiteman lo banal e inútil que fué su vida anterior en la civilización...
Más que una crítica social parece el argumento de una pelicula pornográfica.
El comix "underground", los "hippies" y la "contracultura" desparecieron del mapa hace ya mucho tiempo, aunque un catedrático universitario, Charles Reich, en su libro "The greening of America", predijo confiadamente en 1.971 que reharían América a su imágen y darían paso a una éra de amor y paz. A mediados de los años setenta Crumb se dejaba oír cada vez menos; vivía en su aislada granja de California y, al parecer, eso es lo que prefiería.
Su iniciativa en aquellos años éra una revista que llevaba el título "Weirdo" que aparecía con intervalos infrecuentes. Sus temas eclécticos, oscuros a menudo, destinados principalmente satisfacer los caprichos del propio Crumb y de un puñado de amigos suyos, fueron una decepción para sus "fans", los cuales le recuerdan como el dibujante que causó sensación en los años sesenta.
(Fragmentos de un texto del crítico Dwight R. Decker).
Recopilación a cargo de Xavier Sans Ezquerra, 2.008.
8 comentarios:
no sé quien es más jefe, si el magnifico robert crumb con su arte, o el ya mitico xavi sans con sus megaposts!!
enhorabuena y siga escribiendo!!
Brillantísmo post. No conocía los problemas de Crumb con los derechos de sus personajes. Creí que esas cosas solo habían pasado en España con los dibujantes de Bruguera y la Ed. Valenciana.
¿Saben que el original de la portada del nº 1 de Mr. Natural ha sido vendido hace poco en una subasta por más de 100.000 dólares?
Por último, quiero manifestar mi desacuerdo con que los Freak Brothers estén hoy anticuados; creo que reflejan el espíritu más ácido (en los dos sentidos) e iconoclasta de esa época. La prueba es que se siguen reeditando.
jeje, como aficionado a los cómics que soy, el otro día me detuve largo y tendido en un par de tiendas viendo su obra...había cosas también en inglés..
el gato fritz lo conozco hace bastante, me bajé la peli incluso...pero hasta hace poco lo tenía adormecido y no caí en la cuenta de que era un personaje de crumb..
creo que también sirvió de catapulta a Peter Bagge con sus primeros trabajos. Magnífico post que releeré cuando llegue del trabajo, felicitaciones Xavi.
Tenía muchas ganas de leer algo sobre Crumb (no sé nada de comics) y, desde luego, este post me ha dejado boquiabierto. Enhorabuena. Una entrada genial. Un saludo, Xavi.
Grandioso artículo, me ha chirriado un poco, cuestión de opiniones personales, la supuesta incultura de Robert Crumb y su falta de un mensaje subyacente. Pero es un imprescindible post la verdad.
Un dato bastante desconocido y sin embargo altamente influyente en las personalidad de Crumb, es su labor de historiador, coleccionista, recuperador y músico de bluegrass y más música tradicional de los primeros años del siglo XX.
Algo-bastante he leído de este señor, y para serles sincero lo que me va es su rollo muslamen chapoteante y tal: groannhoooouwwwmmmmm, ¡arf! ¡arf! ¡arf!
¿Seré un mal lector de Crumb?
(disculpen por el comentario, estoy en plena fase autoafirmativa)
Pues he leido unas cuantas cosas de él y no termina de gustarme. No digo que no sea bueno, pero no consigo pillarle el "punto". Mis gustos comic-eros van por otros lares
Quizá parte de la genialidad de Crumb sea mostrarse a sí mismo como un ser patético, ¿será por eso que conecta con el público?.
Siempre me ha hecho mucha gracia la autopercepción que tiene Crumb, que se ve en muchos momentos de su obra, y como le veían otras personas de su época, como Harvey Pekar.
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