Elisabetta Leslie Leonelli
Una vez una joven, desnuda, se metió en la cama de San Bernardo mientras dormía. Notándolo el santo, cedió en silencio la parte que ocupaba en el lecho, y volviéndose de espaldas se quedó dormido.
No menos ilustrativa es la experiencia de San Antonio. En una ocasión el Diablo le tentó, presentándose como un perro lúbrico y no hemos de extrañarnos al saber que el santo no tardó en rechazarlo con la mayor energía...
5 comentarios:
En realidad ellos sabían que tanto la joven como el perro eran el diablo. Que si hubiesen sido de verdad...
Polla dura no cree en Dios, dice mi querido padre.
(Saludos desde el sur, niña...)
Y no deja de ser curioso, ¿no?
Saludos desde el Otro Lado
Yo me quedo con lo que decía Guillermo de Baskerville.
Saludos
Lo del perro lúbrico también lo hago yo. Ahora, lo de la joven desnuda no se lo cree ni "Dios". Por otra parte, tampoco se especifica si esa joven daba asco o no. Que, si es que sí, el tal San Bernardo sería santo, pero no tonto. Vamos, digo yo...
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