domingo, enero 25, 2009

Un Angelo Per Satana (1966)


Una sola mujer, con sus pómulos cadavéricos y sus ojos enormes, puede abocar a un pequeño pueblo a la destrucción. Su sola presencia, acercar un pie demasiado a un lugareño, besar al enamorado de su doncella, enloquecer al mozo más fornido de la aldea y obligarle a quemar su casa con la familia entera encerrada en su interior. El poder de una cabellera negra y un contoneo de cintura. La lujuria, diosa de caprichos impacientes, unida a la ira y al deseo de venganza, son las armas más enérgicas que puede esgrimir una bella joven.



En los cuentos de horror gótico las pasiones desatadas son siempre el motor del terror. Lo terrible es entender que los deseos insatisfechos de una mujer endiablada, y poseída por el deleite carnal, pueden ser la causa de la muerte de niños inocentes o del suicidio de un honrado profesor que, de la noche a la mañana, pierde a su prometida y se hunde en el vicio. Es el horror de los pecados capitales, la supremacía de la bestialidad en un ámbito rural aparentemente apacible… No es de extrañar que en el transcurso de estas historias aparezcan personajes animalizados o de capacidad intelectual inferior involucrados en el argumento. Son el otro lado de las heroínas delicadas vestidas en terciopelo que dominan a su antojo a los varones, y doblegan su voluntad a través del placer y del miedo al abismo.



En “Un Angelo Per Satana”, Barbara Steel aparece espléndida como encarnación de la fatal Némesis que destruye con sus besos. Madura y sensual, estudiante inocente, cruel o ensimismada, interpreta a la perfección uno de esos dobles papeles tan habituales en sus películas de terror. Junto al habitual del spaghetti western, el brasileño Antonio De Teffè (o Anthony Steffen), quien llega a un pequeño pueblo para restaurar una estatua antigua que tiene un parecido asombroso con la heredera de los Montebruno, la Steel, cuya recién renovada presencia comienza a ser sospecha por parte de los supersticiosos aldeanos de que es una bruja reencarnada.



Una curiosidad de esta Vénus d'Ille, es quizás su amplio reparto. El realizador Camillo Mastrocinque no se ha limitado a contar su historia con cuatro o cinco personajes, sino que recorre varias historias paralelas para acabar abrazándolas a todas con los hilos de la muerte. Otro elemento a destacar, es el juego de apariencias que atraviesa la película, y que en un momento dado se aparta de los tópicos del horror gótico para adentrarse en territorios más detectivescos que dan una vuelta de tuerca a las previsiones del espectador.

De todas formas el arma sigue siendo Barbara, resplandeciendo en un blanco y negro contrastado que embellece aún más su perfidia.




6 comentarios:

Anónimo dijo...

otra de dos rombos y de miedin...mooola!
saludos
f.

Anónimo dijo...

Trataré de hacerme con ella, la película claro, porque has conseguido despertar mi interés...

Un fuerte abrazo desde el Otro Lado

JON M ALTUNA dijo...

¡Cómo me ha puesto este post, niña! Besos.

Nicho dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nicho dijo...

Por unos pómulos cadavéricos, y unas cejas en negrita avisándonos de que esa mirada quizá contiene un enigma, todo envuelto en una blacura de impaciente terciopelo con el lazo de una madura melena negra...

Antonio Rando dijo...

Buenas.

He llegado a tu blog buscando información sobre “I Lunghi Capelli Della Morte”, y resulta que también has dedicado un espacio a “Un Angelo per Satana”. Grandes películas, sobre todo la primera, que como decías en tu reseña, destila gótico añejo por todos lados. Una pena que estén solo en italiano, y no hay forma de conseguir los subtítulos. Yo llevo tiempo pensando en elaborar unos, sobre todo para el primer film, pero ando escaso de tiempo.

Un saludo, y un gustazo que haya gente interesada por este tipo de historias y Films.