lunes, noviembre 14, 2005

Pequeños crímenes


Un pequeño vistazo basta para comprobar que estas casas de muñecas no son convencionales. Los cucharones cuelgan en hilera encima del fogón, la mesa está puesta y en ella no falta detalle, incluso hay flores decorando la sala, pero estas muñecas… ¡están muertas! He encontrado a una de estas caritas de porcelana estrangulada en su lecho, y otra ahogada en el cuarto de baño. Horror. Están todas frías y rígidas y hay sangre en el suelo y manchando las cortinas.
Frances Glessner Lee procedía de una acaudalada familia de Chicago. Esta adorable ancianita no descubrió su verdadera vocación hasta la cincuentena. Un amigo de la familia, el doctor George Burgess Magrath fue nombrado forense de la localidad de Suffolk, en Massachussets, y al explicarle a nuestra amiga los detalles de los crímenes no resueltos, Lee se dio cuenta de que había infinidad de detalles que se pasaban por alto en las investigaciones policiales, así que pensó en ayudar a su amigo recreando de la forma más exhaustiva posible los escenarios de los asesinatos. Así en 1936, Frances financió un departamento de Medicina Legal en Harvard.
Sus casas de muñecas tuvieron una enorme repercusión en el ámbito de la criminología, ella las llamaba “The Nutshell Studies of Unexplained Death”, que significaría algo así como “Estudios de muertes inexplicables en una cáscara de nuez”, Frances creó el nombre a partir de un dicho popular policial que dice así: “Hay que acusar al culpable, liberar al inocente y encontrar la verdad dentro de una cáscara de nuez”.
Al parecer la señora Lee cuidaba los detalles de sus creaciones hasta la obsesión: las cafeteras tenían filtros y restos de café, los lápices pintaban, los silbatos pitaban. Para documentarse no tenía ningún escrúpulo en ir al depósito para ver los cuerpos de los cadáveres, dicen que se sentaba con un bocadillo y tomaba notas sobre el color de los cuerpos y otros detalles para después ser más fiel en sus recreaciones. Sobre todo le interesaban los casos de muertes violentas de mujeres, a ser posible con un móvil sexual. Y al apuñalar a una muñequita, o asfixiarla con una almohada, no podía evitar darle una muerte digna, cosiéndole un bonito gorro o ropa interior con puntillas. Que amable.
Estas son algunas fotos de sus amiguitas:


Me encanta la liga

Esto tiene todo el aspecto de un crimen pasional



6 comentarios:

Nicho dijo...
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Nicho dijo...

Es muy anglosajona ( de ancianitas mayormente esa meticulosa afición por el crimen.
La reconstrucción del crimen pasional es... ¿cómo decirlo para que no suene mal?. Digamos simplemente que buenísima.

Anónimo dijo...

¡Quiero una casa de esas!

FAC dijo...

Me recuerda a las abuelitas de . Tan atentas y preocupadas por el bienestar de los demás.

FAC dijo...

Que raro, en la preview se veía bien...

Guergana Tzatchkova dijo...

qué belleza, tu blog es una maravilla. regresaré luego...