jueves, abril 06, 2006

Las extravagancias de Piero di Cosimo

Hablando de genios saturninos y artistas atormentados hace algún tiempo le dediqué unas líneas a las locuras de Franz Xaver Messerschmidt, y a las decenas de bustos que realizó tomándose como modelo en un catálogo excéntrico de muecas. Recuperando el tema de los genios con fama de “locos”, me adentro hoy en la vida y obra de Piero di Cosimo, pintor florentino del siglo XVI cuya pasión por los huevos duros le hacía acompañarse siempre de una cesta repleta de estos, además de otras muchas manías, disculpables por supuesto, en un creador de su talento. Y es que… cada uno consigue la inspiración de formas distintas.

Uno de los temas predilectos de Cosimo, cuyo verdadero nombre era Piero di Lorenzo, eran las representaciones de la muerte y todo el mundo iconográfico que las rodea desde un punto de vista lúdico y festivo. Eran muy famosos sus decorados para fiestas, sobre todo su “Triunfo de la Muerte”. En 1511 ideó una carroza tirada por bueyes, decorada con huesos y cruces. Piero di Cosimo se inspiró en los “Trionfi” de Petrarca para construir esta enorme carroza negra coronada por una figura de la Muerte que portaba una guadaña entre las manos. Cada vez que la carroza se detenía en su recorrido, salían, de los muchos sarcófagos que llevaba encima, unas figuras vestidas de negro con un esqueleto blanco pintado en la tela y se sentaban tranquilamente sobre sus tumbas para recitar al público endechas sobre el tema de la muerte, aunque con una clara voluntad de sarcasmo político. Vasari recogió algunas:

Somos muertos como veis

Muertos como un día seréis,

Como vos, tuvimos vida y aliento

Nos seguiréis en la muerte


Danza Macabra Medieval

Piero di Cosimo era muy aficionado al tema de la “Danza de la Muerte” e incluso recogía coplas populares sobre esta tradición, que a mí personalmente me parece muy divertida: ver esqueletos sonrientes cantando y danzando de forma despreocupada. Pero su fama de estar “algo loco” no sólo era resultado de esta invención suya, sino de sus peculiaridades gastronómicas, que ya comentaba antes y de su carácter quisquilloso:

…no le importaba nada su propia comodidad y se limitó a comer sólo huevos duros, los cuales, para ahorrar combustible, cocía mientras calentaba la cola, y no seis u ocho a la vez sino unos cincuenta y, guardándolos en una cesta, los iba comiendo poco a poco. Esta vida la gozaba de tal manera que, en comparación, cualquier otra le parecía servidumbre. No podía soportar el llanto de los niños, las toses de los hombres, el retintín de los cascabeles ni el canto llano de los frailes; y cuando la lluvia caía a raudales del cielo, le deleitaba verla caer a chorros desde los tejados y salpicar el suelo. Le aterraban los relámpagos y cuando oía un gran trueno se envolvía en su manto y, tras haber cerrado las ventanas y la puerta de su habitación con llave, se agazapaba en un rincón hasta que pasara la tormenta. Era muy variado y original en su conversación y a veces decía cosas tan extraordinarias que los que le oían se partían de risa. Pero de viejo era tan raro y excéntrico que no se podía hacer nada con él. No aguantaba la presencia de los ayudantes, y su necedad le privaba de todo posible auxilio. Cuando quería trabajar y no podía, por causa de su perlesía, se enfurecía y quería obligar a sus manos a dejar de temblar, pero, mientras refunfuñaba, se le caía el tiento del pintor, o incluso sus pinceles. Era un espectáculo lastimoso. Las moscas le hacían rabiar y hasta las sombras le molestaban”.

La fuente es Vasari y sus “Vite de’più eccelenti pittori scultori ed architetti

12 comentarios:

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Si existiera la máquina del tiempo, en ella me iría a ver a Piero di Cosimo y le ofrecería mi amistad.

Cuando llegara a viejo, por el cariño, creo que me querría y permitiría que aquiete sus manos para que siga dibujando.

***


abracillo, querida Aura.

Fernando Siles dijo...

Un tipo sabio este Cosimo... si La Muerte es inevitable, lo mejor que podemos hacer es divertirnos y hacer solfa de ella.

Saludos.

Nicho dijo...

Un fenómeno Piero de Cosimo. Bromear con la muerte, darle ligereza.

Comía huevos duros como luego Paul Newman un no sé qué película...

Anónimo dijo...

Creo que la peli que dice nicho es la leyenda del indomable, se comía 50 con gran esfuerzo y ahora Aura leo esto y me hundes un mito jejejejee

Anónimo dijo...

Yo creo que fué el colesterol de tantos huevos lo que lo puso tan malito :)

JON M ALTUNA dijo...

Pobre, no hay nada peor que querer y no poder... Yo tengo un cuadro de la danza de la muerte en mi estudio, me apasiona el tema desde que ví una reproducción de "El triunfo de la muerte", de Brueghel en casa de un amigo de mis padres, era un cuadro enorme que tenía el tío en el recibidor, nada menos. Besos.

Markitos dijo...

No recuerdo haber visto nada de él las dos veces que estuve en Florencia, aunque me suena el dibujo de la Danza Macabra.
De todos modos, los huevos duros en esa época estaría un poco pasados y este artista tenía alucinaciones.

Borja dijo...

Gracias por esto, tenía la imagen esa como "Danse macabre" en el ordenador desde hace un millón de años, y no recordaba que era de Piero di Cosimo...

PD: Te he enlazado, espero que no te importe!

Aura dijo...

¿Qué me va a importar? Me encanta. Yo haré lo mismo.
Pero siento decirles que la imagen no es de Piero di Cosimo, la he escogido para ilustrar el texto ya que los diseños para fiestas que hizo el pintor lamentablemente no se conservan, aunque se conoce de ellos por la descripción del bueno de Vasari.

La ilustración la he extraído de "Medieval Macabre" una página preciosa por cierto.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Hacía tiempo que no oía hablar de este fantástico personaje. Excelente rescate :-)

Anónimo dijo...

Hola
ando intentando subir a trozos a Vasari,
te ruego me permitas subir este trozo de Piero di Cosimo
atentamente un saludo
Anarkasis
http://www.anarkasis.com/eroticon/vasari/

Dnno dijo...

En la otra cara de la moneda, de la naturaleza representada por sus colegas, la menos amable. Esa otra cara de la vida, de los echos tan incomprensible y verdadera como la muerte. Y le fascinaba "ver" (leer) en los escupitajos arrojados por los locos en las paredes del manicomio, retratos de personas (otra vez su vena sarcástica?) ,escenas enteras (otra vez...?), cuadros. Leonardo los veía e invitaba a ver en las manchas, Piero seguía esta sugerencia, a modo suyo. Todo surge de un "escupitajo" (loco?). ¿Loco?