Leo sobre una festividad bastante peculiar que se celebra en Cocullo (Italia) el primer Jueves de de Mayo, (o sea hoy). Cocullo se encuentra en la región montañosa de Abruzzo, al este de Roma. Durante semanas, y coincidiendo con el inicio de la primavera, algunos de sus vecinos a los que llaman Serpari (un clan cuyo cometido pasa de generación en generación), se dedican a recoger cientos de serpientes por los alrededores de la ciudad.
Todos estos preparativos tienen que ver con la celebración de San Domenico, en la que las calles de Cocullo se llenan literalmente de serpientes en procesión que envuelven la figura del santo y se desparraman por doquier. Debe ser una experiencia realmente estremecedora verse rodeado de sierpes en un momento de carácter místico en el que todo el pueblo permanece en silencio. Los Serpari se encargan de extraerle los colmillos a los reptiles, por lo que no hay peligro de mordeduras, y todos los habitantes, incluso los niños, se acercan para acariciar a las serpientes que se enroscan en la escultura y reptan por el suelo y las paredes.
La leyenda cuenta que antiguamente la zona de Abruzzo estaba tan infectada de serpientes que sus habitantes temían sus ataques continuos. Los pastores locales apelaron al dios Apolo su protección contra los reptiles y éste les aconsejó que capturasen algunas serpientes y cubrieran con ellas su escultura. Las serpientes serían entonces domesticadas y podrían devolverlas a su medio natural sin miedo a que les mordieran.
Con el tiempo el culto a Apolo se adaptó a la historia de San Domenico, abad que vivió entre los siglos X y XI y que llevó una vida ascética viajando a menudo en peregrinaje y realizando durante su vida varios milagros que se popularizaron por tradición oral. De ahí
En origen se acababa el festival matando las serpientes y cocinándolas. Supongo que con el tiempo eso se debió ver demasiado salvaje y hoy se prefiere devolverlas al bosque y disfrutar el festín con un pan dulce que se llama ciambellone y que tiene forma de anillos que son serpientes que se muerden la cola.
Me fascina el simbolismo de esta curiosa celebración. Si tengo algún hueco el año que viene en Mayo no duden que me iré sin pensármelo a Cocullo. Aquí tienen algunas fotos de
6 comentarios:
jo que cosas! y quina angunia!
en fin, este fin de semana son las fiestas de mi pueblo, y le puedo asegurar que son mucho menos espectaculares ;)
Mas que a San Domenico yo le dedicaba una fiesta asi a Medusa.
Buen fin de semana!
¿Y no las cocinan, dice? Pero si es lo único bueno... En España una festividad que no incluya comida de por medio sería inconcebible.
Me parece muy curioso, la verdad. Una devoción insólita.
Hay que ver lo cercanos que andan ciertos pueblos del carpetovetonismo celtibérico. Uno pensando que el lanzamiento de cabra desde campanario ya era hasto cañí y virulento y se encuentra con esto. Porque, vale, cocirnarlas no las cocinan, pero ya me dirá como sobreviven las pobres ofidias en el bosque una vez liberadas sin dentadura. ¿O quizás hay algún cocullente (o coculloso) dentista que les coloca prótesis bucales? (dudeo)
Otra cosa más con el uroboros... la versión de golosina es hasta ahora la forma más curiosa que he encontrado. Se lo agradezco. El artículo brillante, como siempre. Usted siempre trae algo bueno.
Agrego que la noche anterior al primero de mayo también es notoria porque cae Walpurgisnacht.
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