lunes, abril 21, 2008

Love Spell

Estaré un rato más aquí, escribiendo, antes de que el día acabe conmigo y me entregue. Y seré un poco más extranjera, y transigiré un poco más con los recuerdos. Y saldrán notas, y tal vez me despierte un rato.

Castañuelas, y un Eros de plástico, y otro disco que logrará arrancarme algún diente de leche. Y no otras olas, sólo estas, con palmeras falsas derritiéndose, escupiendo borbotones de pintura. La arena verde selva cayendo como polvo de oro sobre la piel maquillada. Demasiado brillo. Demasiadas coloraciones para encerrar en el pequeño ataúd.

Últimamente mi visión se reduce a esto, lo cual denota cierta ceguera. De Mirar tanto rato la fábrica de dulces.

No me importa que no me oigas. Que no sigas al guía. Que no te alimentes de carbón. Que el diablo te haya robado la risa. No. Porque tampoco me escucho con el vaso tras la puerta. Tan sólo los rugidos del Corazón de León. Y lo que me dice el insecto que salta es sensato. Me devuelve en una ojeada el convencimiento y el aprecio. Lo cual no es poco.

Bromeo con los santos encapuchados. Ellos no tienen reparos en arrancar dientes, ni en fabricar con ellos torres de catedrales deslumbrantes. Se pasan toda la noche remendando zapatos y vaciando las alacenas de mermelada. Nunca tienen bastante.

Si la suerte me favorece les haré algún regalo.


5 comentarios:

Jefe Dreyfus dijo...

si el insecto que salta se hace llamar pepito grillo tu ni puto caso que te quiere liar.. es un pesado que va de voz de la conciencia y esas cosas.

Anónimo dijo...

Deje de mirar tanto la fábrica de dulces ¡Y cómaselos!

Möbius el Crononauta dijo...

Creepy crawlers creepy crawlers!

Now you're one of us, gooboo gabba gooboo gabba

Baldanders dijo...

¡Mucha suerte!

Anónimo dijo...

el video es muy guapo.
saludos