lunes, enero 02, 2006

De Profundis

Cuando Oscar alzó la pluma y la mano hizo el gesto taimado de describir el arco, unos dedos invisibles le detuvieron. La fantasmagoría había emergido de entre las losas con un aire fúnebre, y se abrazaba a su rodilla dejando caer los rizos rubios en su regazo.
Un ojo de suave corona irisada le habló:

-No lo hagas. ¿Acaso no ves que esa pluma entre tus dedos se agitará como sierpe enloquecida? Hay hiel en la tinta que derrama y retiene, y la sombra de la reja se marca en tu ceño como el signo del parricida. La tinta se desliza por tu cuello en guantes de piel curtida que asfixian el aire. Y ese veneno que destilaría tu escritura se vertería en tu boca desde un ánfora sin fondo, al principio con el dulce sabor de la venganza, pero poco después corrompería la sangre y la sangre de tu sangre, y todos tus actos no serían ya sino regidos por ese necio ciego que embiste fantasmas imaginarios.
Un ardor hierve en tu estómago, es un fatuo demonio que se alimenta de cada vuelco de tu corazón. No le mires, evita con presteza sus inquinas y despeja de tu frente esos lóbregos pensamientos.

Oscar acarició la cabeza de la infantil impostura y se demoró en el impulso del músculo, aniquilado por una culpa fugaz. Pero una pregunta sobre el dulce niño hizo manar la sangre que contenía en la fosa, oscura y burbujeante de cálidos aromas. Y la ira empuñó rabiosa apuntando hacia la hoja en blanco:
-¿Dónde estará ahora?
Y empezó a escribir:

A lord Alfred Douglas
(Enero-Marzo de 1897) H.M. Prison, Reading.

Querido Bosie: Después de larga e infructuosa espera, he decidido escribirte yo, tanto por ti como por mí, pues no me gustaría pensar que he pasado dos largos años de prisión sin recibir de ti ni una sola línea, ni aun noticia ni mensaje que no me dieran dolor.
Nuestra infausta y lamentabilísima amistad ha acabado en ruina e infamia pública para mí, pero el recuerdo de nuestro antiguo afecto me acompaña a menudo, y la idea de que el aborrecimiento, la amargura y el desprecio ocupen para siempre ese lugar de mi corazón que en otro tiempo ocupó el amor me resulta muy triste; y tu mismo sentirás, creo, en tu corazón que escribirme cuando me consumo en la soledad de la vida de presidio es mejor que publicar mis cartas sin mi permiso o dedicarme poemas sin consultar, aunque el mundo no haya de saber nada de las palabras de dolor o de pasión, de remordimiento o indiferencia, que quieras enviarme en respuesta o apelación
(…) Para descargar De Profundis

Posts anteriores:
El ingenio de Oscar

6 comentarios:

Hija de la Locura dijo...

Es la primera vez que paso por aqui...y me gusta lo que haces.

Veo que adoras a Drew...jiji.

Seguire visitandote, me sient a gusto aqui.Un beso preciosa.

Pussy Galore dijo...

Hola querida, te he echado de menos! Que bonito post para empezar el año, yo aun ando recuperandome...

Carlos César Alvarez dijo...

Como Bloglines anda chungo y no me enteré de tu último post del año pasado, aprovecho este para desearte lo mejor en 2006.

Besos

Anónimo dijo...

Esto de las pasiones humanas, y de aquéllos que de verdad saben retratarlas, es de lo mas emocionante.

Unknown dijo...

Debido a los problemas para poner posts en undostres cuentos y hasta que se soluciones, he iniciado un nuevo blog http://undostrescuentos2.blogspot.com.
Un saludo.
Egosum.

Excelente obra.

Anónimo dijo...

PÚDRANSE EN EL INFIERNO TODOS LOS INFAMES Y TRAIDORES SIN CAUSA. ¡ASÍ SEA!