lunes, octubre 01, 2007

Carolina Coronado y El Silencioso.

De ella decía José de Espronceda que era “portento de hermosura” y así se aprecia en este retrato que le hiciera Federico Madrazo. Escritora romántica pero no sólo de título, sino con una vida intensa que hubiera podido servir de argumento para el folletín más rocambolesco.

Carolina sufría desde muy joven de catalepsia crónica, pudiendo haber sido la encarnación de Berenice o de alguna heroína de Poe. De hecho “murió” varias veces y su obsesión por la muerte la llevó a sentir premoniciones sobre la muerte de sus tres hijos, que fallecieron muy pequeños.

Pero la parte de su vida que más me fascina es su historia de amor con su marido: Justo Horacio Perry, secretario de la embajada norteamericana con quien se casó en 1852. Fue tan feliz con él que cuando falleció entró en una especie de locura de amor y era incapaz de separarse de su cuerpo. Carolina se encerró sola en su residencia de Mitra, en Portugal, con el cadáver de su marido difunto momificado, vestido con su levita, e instalado en una capilla ardiente destinada a tal efecto.

Veinte años vivió Carolina con su amado insepulto, al que hacía llamar “El Silencioso”. ¿No les parece un nombre hermosísimo y delicado?

Repito que me encantan estas historias de amor.

¡OH, CUÁL TE ADORO!

¡Oh, cuál te adoro! Con la luz del día
tu nombre invoco, apasionada y triste,
y cuando el cielo en sombras se reviste
aun te llama exaltada el alma mía.

Tú eres el tiempo que mis horas guía,
tú eres la idea que a mi mente asiste,
porque en ti se encuentra cuanto existe,
mi pasión, mi esperanza, mi poesía.

No hay canto que igualar pueda a tu acento
cuando mi amor me cuentas y deliras
revelando la fe de tu contento;

tiemblo a tu voz y tiemblo si me miras,
y quisiera exhalar mi último aliento
abrasada en el aire que respiras.

28 comentarios:

Dante Bertini dijo...

gracias por contar esta
historia tan literaria, macabra y triste.

Roget dijo...

You haven't looked at me that way in years, but I'm still here

Werewolfie dijo...

Estos románticos, la pera limonera... empeñados en convertir su vida en obra de arte, hasta sus enfermedades son literarias. Para nada lo de hoy en día, que somos unos cutres... O tempora, o mores!

Higronauta dijo...

Lo de embalsamar al amado difunto me parece más un acto de egoísmo que uno de amor puro. Un servidor siempre ha preferido, llegado el momento un sugestivo y sofisticado suicidio para estos casos.

sublibrarian of the year dijo...

La imagino adentrándose en la cripta perfumada por los cirios; brillo de terciopelo sobre ojos de cristal.

Silencioso...

Estrellita Mutante dijo...

Cuando sufriera un ataque de catalepsia y pareciera muerta junto a su marido, ya fallecido, debía ser un momento de iluminación para ella.

Jefe Dreyfus dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Catalina Coronado.. ¡tiene nombre de superheroina! y además cara de buena persona.

Pero quiero hablarle de los patitos de ayer que, reconozco, me llegaron al alma.. jojojo después de esto los pitufos maquineros ya no tienen nada que hacer..

Pussy Galore dijo...

En el Decamerón también hay un pasaje en que la viuda del hombre que descansa junto al cuerpo de un condenado que dos soldados custodian, rechaza separarse del cadáver. Cuando uno de los soldados, cansado de escuchar los llantos de ésta se acerca para consolarla se enamoran a primera vista. Ella dice: "Más vale amante vivo que marido muerto", o por lo menos eso dice en la versión de Pasolini.

Aura dijo...

Pasolini gustaba de esos contrastes entre una escena de intenso dramatismo y la siguiente en apariencia hedonista y despreocupada... me hizo darme cuenta de que en realidad es la misma cosa.

Don Higro, su respuesta es la de todo un caballero...

Anónimo dijo...

Eros y Tánatos, claro, las dos caras de la moneda. De todas formas yo también creo que más vale amante vivo...

el loco oficial dijo...

NOs ponemos de acuerdo? el lunes pasado tocó colgar música, hoy ha tocado libros o lecturas...
sabe estimada Aura que yo vivo a 200 metros de la C/Carolina Coronado...aquí en Badajoz...deamasiadas afinidades :)

elnaveiras dijo...

pozí, gran historia y personaje interesante sin duda.

Anónimo dijo...

Es que los cadáveres y los personajes rígidos tienen siempre su encanto y erotismo, eso es todo....


Besitos.

Anónimo dijo...

Encapsular al amado y al amor: ella fue envejeciendo mientras lo miraba a todas horas; él, viviendo en el tiempo detenido en la edad de su muerte, viéndola envejecer y, se supone, sufriendo como un condenado, sin poder hacer nada, claro.

Dante Bertini dijo...

en realidad de egoísmo nada: ella sufría de catalepsia y había "vivido" varias muertes...temía enterrarlo vivo.

Kepa dijo...

Nunca llegaré a entender la necrofilia de los romanticos. Curiosa historia y poético nombre para el difunto.

Besos

Anónimo dijo...

la novia de la muerte personificada!!

Markitos dijo...

Qué cosas.

Si da lo mismo la época al final, esto ocurre siempre.

Anónimo dijo...

Que bien le quedaban a Madrazo sus retratos de mujeres. Mi primer amor fue su Condesa de Vilches.

Prisamata dijo...

preciosa historia

al pequeño gran cacamosca le encanta la canción de ronald y donald

me la pide una y otra vez

queremos mas!

Dr.Benway dijo...

Eran tan felices porque no discutían.

Digo yo.

Nicho dijo...

Aura, no sé si sabias de la existencia de la AGALMATOFILIA, yo me enteré ahorita. Por si te interesa, pues que tiene algo que ver con Carolina:

http://minidrama.blogspot.com/2007/09/agalmatofilia.html

Aura dijo...

Nicho, ahora entiendo muchas cosas...

Isabel Barceló Chico dijo...

Esa forma de mantener al marido no deja de ser una manera de mantener abierta la herida de su muerte. Seguramente Carolina no quiso cerrarla nunca, sino seguir sangrando... Muy propio, por otra parte, de esa época. Saludos cordiales.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Yo habría hecho lo mismo. Eso es amor, leñe.

Anónimo dijo...

Realmente me encanta tu blog. Si bien lo tengo entre mis favoritos, no siempre recuerdo pasar por aqui. Sin embargo siempre encuentro excelentes escritos en este lugar.

Mi tiempo lo divido en varias formas de arte, como son la musica, la poesia y la escultura y artesania. Todas estas motivadas por la aficion a lo extraño y, justamente a las cosas que aqui encuentro y que alimentan mi ser. Lamentablemente mi tiempo terminara por darme de comer mis secas obras, bebiendo del licor de mis escritos y con la suave musica del silencio despues de la tormenta.

Un saludo desde el hermoso Chile...

Amo las cosas que aqui cuentas.


Un hermano de alma.

marcolino dijo...

Yo soy descendiente de 5ª generaciòn de una hermana de Carolina C. Hace años heredè un baùl que le perteneciò y que guardo con cariño en casa,lo uso para guardar ropa,aùn conserva rotuladas en un lateral las iniciales C.C.R.= Carolina Coronado Romero,cada vez que lo abro me acuerdo de ella.
Tambièn poseo algunas cartas suyas escritas en el palacio de la Mitra (Lisboa).
Mi familia y yo deseamos algùn dìa restaurar la losa de su tumba en Badajoz,donde descansan sus restos y los de su marido Horace.
Siento mucho orgullo por ella.Fuè una gràn mujer.