miércoles, enero 04, 2006

The Human Ostrich

Oficios improbables.
-Dime, ¿qué quieres ser de mayor?
-Quiero tragar ratas.
-Pero, ¿por qué?, ¡¿por qué?!
-No sé, nadie lo hace. Es algo insólito. Seguro que tengo muchísimo éxito.
-Pero, ¿por qué no puedes ser bombero o contable como tu padre?

No sé si sería vocación lo suyo, pero este caballero que parece tan poquita cosa se dedicaba a regurgitar ratas y sapos entre otras cosas. Judío, tuvo que abandonar Alemania con la subida al poder de Hitler y emigró a Estados Unidos. Le atraía enormemente el mundo de las ferias, con sus enanos, mujeres barbudas, traga sables, etc. Y como había presenciado varios espectáculos de individuos tragando bombillas y cristales pensó que eso se le podría dar bien.
El suyo es un caso de tenacidad, ya que le costó un gran esfuerzo aprender a tragar objetos para después vomitarlos con facilidad: cadenas, relojes, frutas, llaves… pronto comenzaron a deslizarse por su garganta, incluso en mitad del show se ponía a dar saltos como un loco para que el público escuchase el metal agitándose en su estómago.
Y de ahí al más difícil todavía. En una ocasión retó a los espectadores a que podía tragar el reloj de pulsera más grande que trajesen. Lo que no esperaba era un reloj ¡con cuernos! Pobre The Ostrich, casi al borde de la muerte, el mismo caballero que le dio el reloj comenzó a pegarle para recuperarlo e incluso el dueño de la feria le daba golpes, creían que estaba fingiendo. Como es de suponer, este tipo de escenas tienen un final feliz.
Pero su número estrella eran las ratas. Debió pensar que le darían renombre. Y vaya si lo hicieron. Muchos al verle escupir esos animalillos de larga cola salían corriendo o se desmayaban.
Aunque estaba pensando que hoy en día, no sé si asustaría a alguien.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

como que se trabaja ratas!!!! insolito.... pa quitarse el sombrero.

Illuminatus dijo...

De algún modo lo de tragar ratas me parece menos asqueroso que la mayor parte de la crónica rosa, la verdad...

Anónimo dijo...

Jaja, menudo friqui. Con esa cara no me extraña que se dedicase a tragar sapos y ratas y que le molasen las ferias de monstruos.

mixtu dijo...

Excelente, gostei da história.
Mas essa cara não ajuda nada :)
saludos

Anónimo dijo...

Entiendo que tragaba sapos y ratas VIVOS ¿no?

J.Álvarez dijo...

JODER! :o Pues a mí sí me asustaría, seguro! Madre mía! Jaajaja... Curioso oficio! :D

Aura dijo...

Sí, sí, ratas y sapos vivos. Normalmente actuaba con ratas de su confianza, quiero decir, ratas que estaban entrenadas para el show y le facilitaban el trabajo. Pero en una ocasión se extraviaron las jaulas y el dueño de la feria apareció con dos ratas gigantes y un poco rabiosas.
The Ostrich estaba asustadísimo, y cuando tragó una de las ratas ésta se le enganchaba en el estómago y no volvía a subir. Le hicieron beber varios litros de agua y al final lo vomitó todo: tal cantidad de agua y la rata, que salió disparada. Esta vez sí que salió todo el mundo corriendo.

noesmivida@hotmail.com dijo...

qué curioso el The Ostrich! ... no sé qué foto da más "cosa" si la primera o la segunda :-P
no, yo creo que tampoco se asustaría nadie ahora .. de hecho hoy día hay muchos traga-ratas (vía tv sobretodo) con la diferencia que no las vomitan luego.

Deicidio dijo...

Ratas encima, ni siquiera ratones ni hamster, tienen que ser esas ratas gordas y grandes como pequeños chihuahuas o dobermans recien nacidos, talvez conejos, que caray.

Nicho dijo...

Cuando Rafael Ortega el Gallo fue presentado a su homónimo Ortega y Gasset y le dijeron que su ocupación era la de filósofo, respondió: "Hay gente pá tó".