jueves, marzo 09, 2006

El Hacedor de Sueños

Les dejo este cuento que escribí hará un mes. Cuando lo hice no tenía intención de colgarlo aquí, mi amor estaba un poco enfermo y pensé que podría escribirle algo que le hiciera sentir mejor mientras estaba en casa pasando esos días malos. Por ese motivo está hecho sin muchas pretensiones pero le tengo cierto cariño porque era la primera vez que me embarcaba en este género. He pensado que podría gustarles. Además les confieso que tiene valores curativos.
Fueron muchos los que quisieron visitar al Hacedor de Sueños. Se contaban de él historias extraordinarias. Los que caminaron hasta la sombra del viejo sauce explicaban como del puño de su mano izquierda aparecía el sueño en forma de una bola diminuta. A veces esta bola era un caramelo rallado en espirales, que al derretirse sobre la lengua evocaba cientos de sabores diferentes en un concierto tumultuoso, y de esos sabores se destilaban tantos viajes como matices y dulzuras contenía la esfera, y el soñador se sentía así mecido en un camarote de madera por el vaivén de las olas, o avanzando con el alma en vilo entre las lianas lujuriantes de una selva desconocida. Otras veces la pequeña bola se transformaba en un pajarillo que se columpiaba inquieto en una jaula diamantina. Y el ave se introducía transportada por el aire en un oído y el soñador caía de inmediato al suelo entrando en un sopor profundo, y en el interior de su cabeza se sucedían las melodías más exquisitas, y con ellas imágenes perturbadoras hechizaban sus sentidos.
Había bolas tigre, que rugiendo con tonalidades cristalinas correteaban por la piel del soñante, y bolas que se desplegaban en jardines que incitaban a tumbarse sobre las ramas, que llamaban al ensueño junto al gorjear de la fuente. Y bolas estrella que propiciaban el viaje espacial, y bolas como ojos de gato que albergaban en su acristalada superficie los misterios del mundo submarino.
Contaban tales maravillas, que cuando mi dulce niño se puso enfermo quise ir a buscar uno de aquellos remedios para aliviar su convalecencia.
Había oído muchas descripciones del Hacedor de Sueños. Unos lo recordaban como un gigante, con sus más de dos metros de estatura embutidos en un traje minúsculo. Otros aseguraban que era tan severo que entre sus cejas se formaba un dique en forma de V donde se recogía el sudor en cascadas azules. Algunos me dijeron que debía ser tan viejo como los patriarcas bíblicos del Antiguo testamento, y otros que era extremadamente grueso y que apenas podía levantarse del vetusto tronco en el que descansaba.
Así que cuando me acerqué al Hacedor de Sueños lo hice con un ligero temor, pero no vi ninguna de estas cosas. Su rostro aparecía bañado por la luz del sol filtrada entre las hojas y su piel era de color verde oliva. Vestía una vieja levita raída y sus zapatos enormes estaban agujereados y una procesión de insectos campaba a sus anchas por allí.
El Hacedor de Sueños sonrió al verme y me invitó a la risa. Y después me preguntó como podía pedirle un sueño, si el Amor tiene todos los sueños dentro de sí.
Aunque él sabía que ese era mi sueño, él era el sueño que guardaba en la mano mi dulce niño dormido, y al volver la mirada un momento a su amado rostro cuando volví a buscar al Hacedor de Sueños se estaba desvaneciendo, y con él la sombra del árbol y el aura soleada entre las hojas.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que tu amor se curaría después de este cuento :-)

Anónimo dijo...

Sí que tiene poderes curativos. Se me quitó el dolor de cabeza.

Pussy Galore dijo...

Además de talentosa, maga, eres una joya!

Fernando Siles dijo...

Me ha molado, muy evocador. Enhorabuena!!!

Saludos.

Nicho dijo...

Felicitaciones para el sanado, para tí y para nosotros, los lectores.
Espero más.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Muy dulce, muy bonito.

Besitos

Anónimo dijo...

Espero que no nos dejes sin más relatos cortos o largos tuyos, porque este me ha gustado y cuando te dan un caramelo lo más normal es que pidas otro. :D

Anónimo dijo...

Muy buenas imágenes y buen final. Y bien atrapante. Además me gustó.

Leandro Fernández Miró dijo...

bueno, y lo pongo en práctica desde intstante que se me parte la cabeza... en un rato veremos

Cristian Porres dijo...

¡Bravo Aura! Bebo de usted y cada día me deleita con un sorprendente y agradable sabor. Me deja usted en (maravillosas) Bolas con su relato :P

Anónimo dijo...

En los sueños todo (hasta lo que ostenta más poder) puede desacerse en la nada como arena, y segundos más tarde reaparecer vestido con otra forma apariencia...

Enhorabuena por el relato, y gracias por la zambullida onírica de sus palabras.

Higronauta dijo...

Una delicia...

Anónimo dijo...

Suscribo todo lo antes dicho, no sin antes recordar la diferencia entre rallado y rayado. Firma: un miembro de la academia.

Horrorscope dijo...

Me ha encantado, con ésto normal que se curase, incluso a mí me ha alegrado el día.

la que filma dijo...

Aura, eres fina in extremis: poetic .

Te comento que los gnosmo en la sierra de mi pais, son seres maléficos. A mí me resultan simpáticos. Tu Hacedor de sueños me invita a soñarlo.

Salutes desde el bar del puerto.

Vir&